jueves, 20 de enero de 2011

Concha García Campoy. (IV) En la cresta de las ondas.


Campoy siguió unos años en TVE pero desvinculada de los informativos. Uno de sus mejores programas fue “Mira-Dos”, un magazine con entrevistas a grandes personajes de actualidad. Después reinventó la radio del fin de semana en la SER y acabó encargándose de las Mañanas de Cuatro.


- ¿Y, afortunadamente, no se estrelló?

- Mi primera habilidad es saber rodearme de gente inteligente y lista. En 1986 había pasado esporádicamente en Radio Nacional, cuando, repentinamente, Julio César Iglesias, el director de las mañanas de Radio 1, se fue a la SER. Fernando Delgado me llamó entonces, mientras continuaba con el Telediario. Fue mi primera experiencia radiofónica de dirección de un grupo, y allí conocí a Lorenzo Díaz, con el que luego me casé, que es mi segundo marido, y a Javier Riollo, que es un periodista y guionista espléndido que estaba allí. Así que, cuando me voy a la Radio, tengo claro que debo ir con ellos. Porque los guionistas en la radio son muy escasos y yo sabía que tenía que hacer mucho y muy bien. Impuse la contratación de esas personas y, a partir de ahí, formé un equipo y nos salió todo redondo.

- Cuesta creer que fuera más rentable trabajar en la Radio que en la Televisión.

- Pues es así. Con la salida de Televisión y la entrada en la Radio tripliqué mi sueldo. El de la Televisión era de doscientas cuarenta mil pesetas. Hoy se gana bastante más. Pero, en ese tiempo, no era mucho porque vivir en Madrid, en un apartamento de 35 metros cuadrados, valía 60.000 y yo iba a Ibiza todos los fines de semana. Así que me salía lo comido por lo servido. Pero era una promoción y una popularidad muy grande que luego, sin duda, fue importante para que me llamaran para la Radio. Sin el apoyo de esta popularidad, evidentemente, no creo que hubiera conseguido la confianza de esta gente.

- ¿Cuánto tiempo aguantó en las ondas?

- Ahí estuve desde 1988 hasta 1994. Después de hacer “A vivir que son dos días”, la propia empresa, cuando Prisa entró en Antena 3 Radio, me envió para dirigir las mañanas de Antena 3. Hacía “Días de Radio”, pero Antena 3, con el Grupo Prisa, duró un año nada más. Despareció y fue absorbida por el Grupo. Me ofrecieron de nuevo “A vivir que son dos días”. Pero, después de haber salido, no me apetecía volver a hacer lo mismo. Y, justo en ese momento, tuve una oferta en Onda Cero para llevar un espacio que era de las 23 horas a las 2 de la madrugada. Mi ilusión era el pensar que, si habíamos abierto una brecha en el fin de semana, podíamos abrir otra con “Noches de radio”, en un espacio tradicionalmente dedicado al deporte. Estuve un año así pero, finalmente, la empresa me ofreció dirigir “La brújula”, de ocho de la tarde a doce de la noche, un informativo con tertulia política.

- Estuvo usted en radio, en televisión y en la prensa escrita. ¿Cuál de los tres medios le interesa más?

- El medio en el que yo pensaba que iba a hacer más cosas era la Televisión. Pero mi medio natural creo que es la Radio. Quizás porque en ella siempre he podido hacer exactamente lo que he querido. Siempre me han dejado elegir, dirigir mis propios equipos y hacer lo que he querido. En ella me he sentido completamente libre. En Televisión, sin contar con experiencia, tuve una proyección pública grandísima. Pero, en ella, todo ha sido más complicado. Durante seis meses, dirigí un programa en TVE 2 llamado “Mira 2”. Eran dos personajes que analizaban la realidad. A partir de entonces, la Televisión que se ha hecho es de mucho espectáculo, muy respetable, pero en la que no me he visto encajar bien. En cambio, siempre he escrito. Hice algún proyecto que no fue aceptado aquí, sino que me lo han comprado en el extranjero. También estuve en El País. La prensa siempre me ha servido un poco para recreo. Y nunca hice nada que me obligara a darme prisa. Porque para correr ya me bastaba la Televisión.

Mañana: (V) Concha García Campoy. Una mujer con suerte.

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