martes, 18 de enero de 2011

Concha García Campoy: (II) “Encontré el periodismo muy flojo”


Concha García Capoy (a la izquierda), junto a María Escario y Ángeles Caso, elegidas en 1985 para renovar la imagen de los telediarios de RTVE.


-¿Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo?

- Dedicábamos nuestros ratos libres al estudio. Cursé el bachillerato pero, a partir del Cou, ya no se podía hacer nada. Así que, a los 16 años, estudié periodismo en Ciencias de la Información, de la Universidad de Barcelona. Recuerdo que iba y venía a Ibiza, en donde me pasaba los veranos. En ese tiempo, me dio una especie de ataque por el estudio. Encontraba el periodismo muy flojo y no me parecía una carrera seria. Así que empecé Ciencias Económicas, estudios que compatibilizaba con el periodismo, hasta que llegó un momento en que no pude más y dejé las Ciencias Económicas. Fue en tercero y luego empecé Filología Hispánica. Me había metido en tantos compromisos de estudios que pasé un momento de crisis. El último año de periodismo, en el 79 –había dejado también la Filología–, me salió un trabajo en Radio Popular de Ibiza. Allí estuve por lo menos cinco años. Simultáneamente, colaboraba en el periódico Última Hora.

- ¿Qué pasó en 1984, con su primer contacto con Televisión?

- Al abrirse el Centro Regional de Televisión Española, hubo unas oposiciones. Curiosamente, me llamaron para que me presentara. Entendía perfectamente el catalán, pero, a partir de ese momento, me obligué a hablarlo para poder trabajar en televisión y saqué la plaza con el número uno. A los seis meses, me llamaron para que presentara al telediario nacional.

-¿Quién la llamó?

- Enrique Vázquez, director de los Servicios Informativos, a quien Fernando Delgado le había hablado de mí. A Delgado le había conocido accidentalmente, a raíz de unos encuentros culturales que organizábamos en Ibiza. Entonces dirigía Radio 3, de Radio Nacional de España, y posteriormente sería director de la misma. Vázquez me dijo que estaban buscando talentos y que si, al día siguiente, podía estar en Madrid. Fue un año antes de entrar en la Televisión Nacional. Me presenté y me hicieron, junto a Beatriz Bécquer, que era subdirectora de Radio Nacional y a Jordi González, entonces jefe de Comunicación de la Casa Real, unas pruebas para presentar el Telediario. Ninguno de los tres salimos elegido, sino Pepe Navarro al que pusieron como presentador, cosa que a él tampoco le encajaba. Y nos olvidamos del tema hasta que, un año después, cuando ya estaba en la plantilla de Televisión y en el Centro Regional, me volvieron a llamar para presentar el Telediario.

- Una historia muy curiosa

- Y muy bonita para mí, porque fui por primera vez a Madrid no porque alguien me hubiera enchufado, sino porque ya tenía una plaza por ese examen. Pero aquel gesto y aquella fe de Fernando Delgado me sorprendió. Siempre fue muy delicado. Me protegió inicialmente porque era responsabilidad suya, y, para que no me sintiera tan sola, me presentó algunos amigos suyos. Pero muy rápidamente se quedó en un segundo plano. Y nunca pidió nada a cambio. Al pasar los años, lo hemos hablado muchas veces. A mí me hizo mucha gracia que la SER le ofreciese el programa de fin de semana “A vivir que son dos días” junto con un equipo con el mismo esquema que cuando yo lo creé en esta emisora. E hizo lo que yo había hecho antes. Y a mí eso me parecen piruetas de la vida que se me antojan muy divertidas.

- Lo mismo que José María Calviño, entonces Director General de Televisión Española, que luego fue tertuliano suyo…

- Los presentadores teníamos entonces una consideración muy especial cuando no éramos más que periodistas y algunas, como yo, muy a medio hacer. Ni estaba rodada, ni conocía a nadie en Madrid y sólo tenía una experiencia muy local, con lo cual lo único que yo podía ofrecer en aquel entonces era la frescura de una persona joven que tenía cierto aplomo pero, al fin y al cabo, una periodista cuya popularidad estaba muy por encima de su capacidad profesional. Bueno, pues yo llegué y Calviño hablaba directamente conmigo.

Mañana: (III) Tres años de felicidad total en Televisión Española.

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