lunes, 28 de febrero de 2011

Guillermo Fernández-Cuartero y Pons, ex Director General de Carreteras.


Guillermo Fernández-Cuartero y Pons.


Es hijo de un capitán cordobés de la Guardia Civil que estuvo destinado en Cáceres y de una menorquina empeñada en recorrer la Península en tren y en surcar parte del Mediterráneo en barco hasta llegar a su isla. Allí nace Guillermo el 9 de noviembre de 1924, justo el mismo día en que llega a Mahón en el vientre de su madre. Sus nueve hermanos sufren idéntico proceso. Todos ellos nacen en Mahón, a donde su madre se dirige cada vez que está embarazada y a punto de dar a luz. Sólo su hermana lo hace en la Provincia de Cádiz.

Guillermo Fernández Cuartero y Pons estudia Ingeniería de Caminos y, a mediados de los sesenta, es nombrado Subdirector General de Carreteras, cargo que desempeña durante siete años. En los sesenta, controla los 80.000 kilómetros de rutas que cruzan la España de esa época y conoce las Jefaturas de Obras Públicas de todas las provincias. Luego, es nombrado jefe Provincial de Carreteras de Madrid, cargo que mantiene durante 14 años. Le entrevistamos en el 2001, cuando se halla retirado no del todo y confirmamos cómo conserva sus hobbies preferidos: la filología, que estudió por libre, y la música.

- Muchas raíces isleñas le veo yo a usted, pese a haber vivido apenas en Menorca.

- Tenga en cuenta que mi abuelo, médico, era igualmente de Mahón

- Su madre fue menorquina, pero su padre ¿se identificó con la isla?

- Menorca fue más su patria que Córdoba, en donde había nacido, o Écija, en donde fuera malcriado.

- A pesar de haber nacido en la isla menorquina, sólo un año, el 1933, lo pasa usted excepcionalmente en Mahón. ¿Recuerda usted esta experiencia?

- Por supuesto. Fue inolvidable. Recuerdo que mi padre quería que ingresáramos en un grupo escolar muy moderno pero, cuando vimos lo que decían los maestros, se nos pusieron los pelos de punta. Comentaban que las monjas eran todas unas putas y que los sacerdotes, unos ladrones que envenenaban a los niños. Y nos buscaron un sitio en el colegio de las Doctrinas Cristianas en donde hice excepcionalmente un curso. Mi padre deseaba que estudiáramos en colegios seglares y no quería que los conocimientos científicos, técnicos, gramaticales, se vincularan nunca a la piedad. Tampoco quería que ninguno de nosotros fuera militar. Era, según nos decía, el mayor disgusto que le podíamos dar.

- ¿Tan desengañado estaba de su carrera?

- En Jerez de la Frontera, en donde pasé mi segunda infancia, mi padre, capitán entonces de la Guardia Civil, tuvo un percance político misterioso por supuestas influencias masónicas. Fue en 1932 y estaba muy bien considerado y tratado. Era la autoridad máxima de la ciudad, pero lo detuvieron al ser denunciado anónimamente. Coincidió con la sublevación del General Sanjurjo contra la República. Mi padre se puso en contra de los sublevados. Al poco, se emitía una orden de detención contra él por su “actuación en contra de la República el día de la sublevación de Sanjurjo”, cuando había sido ensalzado en el Ayuntamiento por su actuación republicana. De ahí esa aversión a que sus hijos siguieran su camino militar.

- Lo extraño es que no se hayan podido descubrir a los instigadores de esta acusación.

- En “Memorias de un moderno Abel”, escritas por él mientras estuvo dos meses condenado en El Castillo, en Fuenterrabía, dice que sus propios hermanos le hicieron la traición. Escribió este libro, inédito, de doscientas páginas, para que, cuando sus hijos tuvieran uso de razón, descubrieran que hay que tener las miras más altas que las ordinarias. Pero no nos enteramos de esta obra hasta mucho después de su muerte.

Mañana, continuará: Sus estudios.

viernes, 25 de febrero de 2011

Miguel Fe Serra: ( y IV ) “Los mallorquines venden hasta su misma alma”.


Mallorca.


En Mallorca, todo se vende.



- ¿Va usted a Mallorca de vez en cuando?

- Siempre que puedo. Un par de veces al año. Cuando mis cuatro hijos eran pequeños, íbamos todos los veranos pero ahora que ya se han emancipado vamos cuando queremos. Generalmente, aprovechamos cuando no hay tantos turistas. Por ejemplo, en enero, en la época de calma. Nos pasamos quince días o un mes, y hacemos un turismo un tanto sui géneris. Como por ejemplo, visitando las ermitas de Mallorca o los monumentos megalíticos.

- ¿Cómo ve usted, desde la distancia, la situación social y económica de la isla?

- Muy bien, siempre que los mallorquines no se dejen llevar por el ansia del dinero. En mi opinión, venden demasiado. Una cosa es prestar servicios y la otra, que es lo que está ocurriendo, vender sus fincas, sus casas y su misma alma. Les dan demasiada importancia al dinero contante y sonante y han perdido en este momento el sentido de la propia propiedad. Ahora se habla mucho de las culturas, de las raíces. Pero las raíces son también las tierras que pisamos. Y muchos las están vendiendo.

- ¿Piensa usted volver algún día a Mallorca?

- No. Pienso que mis cuatros hijos, y mis cinco nietas son suficiente atadura. Además, me encuentro muy bien en esa casa que tengo. En Mallorca tengo a todos mis parientes y sigo un poco la actualidad por medio de conversaciones telefónicas y la televisión.

- Cuando usted muera, ¿le gustaría que le llevaran allí para ser enterrado en su isla?

- No lo tengo decidido, pero, desde luego, no quiero dar la molestia de que me lleven allí. No soy tan trascendente. Una vez muerto, se acabó mi cuerpo. Sí tengo fe en la otra vida, pero no en la pervivencia de mi cuerpo.

Próximamente: Guillermo Fernández-Cuartero y Pons, ex Director Genreral de Carreteras.

jueves, 24 de febrero de 2011

Miguel Fe Serra. (III) La mejor defensa es tener razón.

Miguel Fe Serra.


- ¿Cree usted que la mejor defensa es el ataque?

- Si le contesto según las teorías militares, sí. Pero, si me atengo a mi opinión personal, debo decirle que la mejor defensa es tener razón y hacerla llegar al adversario.

- ¿Sabe usted si el presupuesto para Defensa es, en nuestro país, más elevado que lo que se destina al paro?

- No le puedo contestar a eso porque lo ignoro.

- Algunos países que no cuentan con Ejército opinan que cuanto más indefensos más seguro pueden sentirse.

- Yo, en cambio, pienso que la política del pacifismo pasa por un Ejército poderoso o por meterse en un bloque en el que alguien le defienda. En este mundo actual hay que estar en condiciones de repeler al que no piensa que lo mejor es convencer. O tengo armas, o soy la sombra de alguien que las tiene.

- Pero ¿hay bloques de defensa de este tipo?

- Pensemos que sí. Porque yo no creo que, si se hace algún día, el Ejército europeo, tenga ánimos de expansión ni de atacar, sino de protegerse de otros poderes ambiciosos.

- Ramiro de Maeztu escribe en “El sentido reverencial del dinero” que “la vida no es el verano de San Sebastián, sino perpetua centinela, y ser es defenderse, y dejar de defenderse es ya como dejar de ser”.

- Ramiro de Maeztu tal vez tenía un sentido algo militar de la vida, y quizás este fuera el leiv motif de su ideario político de aquellos años. Yo lo encuentro demasiado rígido y estricto.

- ¿En qué año se retiró usted?

- Me retiré o me retiraron en 1989, pero sigo siendo general.

- General, en todo caso, sin tropa ¿Qué hace, desde entonces?

- En este momento estoy muy ocupado con una promoción de viviendas. Gestiono un bloque y estamos en el momento más interesante. Durante años, he estado ocupado en la gestación de este proyecto.

(Mañana: (y IV) Los mallorquines venden hasta su misma alma.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Miguel Fe Serra. (II) El mallorquín no es belicoso.


El general Fe Serra.


- ¿Ha habido muchos militares mallorquines que hayan llegado a generales en España?

-Conozco a unos cuantos, pero no muchos. Cuando yo era teniente, dos de los capitanes mallorquines fueron posteriormente generales.

- En la Historia de Mallorca hay más bien políticos y, sobre todo, hombres de letras. Pero muy pocos militares...

- Pienso que el carácter mallorquín no es belicoso, sino más bien tranquilo y pacífico. Y, si se ha dedicado a la vida activa, ha sido a través del mar. El estar tan limitados les ha obligado a defenderse siempre que ha habido alguna necesidad de ello. Pero, en general, no han salido afuera a combatir. Es algo inherente a la influencia de la naturaleza sobre el individuo.

- Más que defenderse, el mallorquín ha asimilado cualquier conquista o cualquier derrota.

- Por supuesto, desde los fenicios, y pasando por todas las invasiones del Mediterráneo. Ahora absorbe a los alemanes. Aunque éstos no son fáciles de absorber. Si se agrupan, terminan constituyendo un ghetto que ya son.

- Un autor mallorquín como Ramón Llull ha escrito que no hay arte mejor para resolver cuestiones y destruir errores por razón natural que el Arte General, mediante el cual se pueden saber todas las cosas naturales...

- Es una frase de una gran verdad. Las guerras no han resuelto ningún problema a lo largo de toda la Historia. La manera de resolver problemas es discutir, convencer y enseñar.

- ¿Cree usted que esto es más difícil que el guerrear?

- Según para quién. El poderoso se cree que todo lo puede resolver con sus armas. El inteligente pretende resolverlo de otra manera.

- Se dice que quien posee muchas armas suele ser más belicoso que el que no las posee

- El otro día estaban aquí unos sobrino míos de esa diáspora de los mallorquines que emigraron a los Estados Unidos, y los chicos me preguntaban: “Tío, ¿tú has estado en la Guerra?” Les decía que, afortunadamente, en España hace más sesenta años no hemos tenido ninguna guerra. Cosa que no se puede decir de los americanos, que han pasado por seis o siete. Me preguntaban por la razón de las mismas. Y les contestaba que seguramente estaban provocadas por los intereses económicos de sus empresas y por el hecho de vender armas.


Mañana: (III) La mejor defensa es tener razón.

lunes, 21 de febrero de 2011

Miguel Fe Serra. General y Doctor Ingeniero de Construcción.


El general Fe Serra.

Nace accidentalmente, el 30 de julio de 1926, en Mahón, cuando su padre, de Inca, un comandante de Intendencia, estaba destinado en Menorca. A los cinco años pasa a vivir a Mallorca de donde en realidad se siente. Cursa sus estudios de bachillerato en las escuelas de los Hermanos de La Salle. Uno de sus hermanos, veterinario, muere, y el otro, general de división retirado, reside en Son Sardina. El ha vivido casi siempre fuera de Mallorca. Cuando le entrevistamos, en el 2000, vive apartado de Madrid, en un chalé de Santo Domingo, una urbanización residencial. En el despacho donde nos recibe, una serie de metopas cuelgan del muro. Representan los lugares por donde ha pasado. En sus años de Ingeniero Geógrafo estuvo de Subdirector General de Investigación en el Instituto Geográfico Nacional. Sobre otro muro, su título de bachillerato, el de Ingeniero Geógrafo y el de Doctor Ingeniero de Construcción. Cuenta con una pequeña biblioteca de libros mallorquines. Entre ellos, la colección de “Illes d'Or”, utilizada en contra de los que él llama “los nuevos ricos de la lengua”

- ¿A quiénes se refiere con esta expresión?

- A los que, en su vida, no han tenido ninguna ilusión ni pretensión de hablar más o menos bien el mallorquín y ahora están inventando o introduciendo palabras catalanas que no hemos empleado nunca.

- ¿Qué recuerdos guarda de su infancia en Mallorca?

- Los recuerdos de infancia son siempre maravillosos. Recuerdo con nostalgia los compañeros de bachiller, los amigos con los que todavía me reúno un par de veces al año y a los mismos profesores. No hace mucho estuve comiendo con dos hermanos de La Salle que habían sido profesores míos.

- ¿Qué estudios hizo usted?

- En Mallorca me preparé para ingresar en la Academia General Militar. Ingresé en la de Zaragoza y desde entonces no he vivido habitualmente en la isla. He mantenido todos los contactos que se pueden tener, pero pasé los cuatro años en la Academia. Y, tras un lapso de seis meses en la isla, me vine a Madrid a estudiar en la Escuela Superior Politécnica del Ejército. Soy Ingeniero de Construcción e Ingeniero Geógrafo y ya no me he movido de aquí.

- ¿En dónde estuvo destinado?

- En el Servicio de Construcciones Militares, una empresa para estatal que se dedica a hacer obras para el Ejército; en comandancia de obras, que es el organismo proyectista y director de las obras militares, y en la Escuela Politécnica del Ejército, como profesor de Vías de Comunicación, durante ocho años. Obviamente, en Mallorca no estuve, por ser mi Cuerpo muy reducido. Allí había dos ingenieros de mi especialidad. De manera que, pasados varios años, ya no me interesaba moverme de aquí.

- ¿Es muy diferente esta asignatura impartida en el Ejército, de la que se da en la vida civil?

- Nuestra teoría era la misma que la de la Escuela de Caminos y no había diferencias. Tal vez la puede haber en la orientación que se le da a la aplicación práctica. Los ingenieros militares no tenemos que hacer grandes autopistas, sino habilitar lo que está más o menos destruido o ampliar algunas carreteras de segunda categoría necesarias para la viabilidad de nuestros vehículos.

- ¿A qué edad consiguió usted el grado de general?

- A los 59 años, una edad normal en nuestro Cuerpo. Un coronel de infantería a esa edad pasa a la reserva y no puede ascender. Pero nosotros, por pertenecer al Cuerpo y no al Arma, tenemos tres años más de vida activa.

- ¿Y por qué prefirió el Cuerpo a las Armas?

- Mi vocación desde bachillerato era ser ingeniero. En aquella época esto representaba trasladarse a Madrid, vivir en pensión durante cuatro o cinco años para ingresar y era más gravoso de lo que permitía la economía de mi familia. Fue una manera de conseguir mi vocación sin ser gravoso para la economía familiar.

- ¿O sea, que se hizo militar más por necesidades económicas que por vocación?

- Sí, aunque tampoco me era tan ajena la profesión militar. Mi padre era comandante.

Mañana, continuación: (II) “El mallorquín no es belicoso”

sábado, 19 de febrero de 2011

Elices Calafat: “Me gustaría morir con las botas puestas” (Y VII)


Manuel Elices, trabajando en su casa menorquina.


Desde hace dos años, Manuel Elices Calafat vive jubilado, pero sigue trabajando con la misma ilusión que en años anteriores.

- ¿En dónde le gustaría morir?

- Esta pregunta me deja un tanto perplejo... La verdad es que hasta ahora no me lo había planteado. No lo sé..., pero, de contestarle algo, le diré que desearía hacerlo trabajando, es decir, con las botas puestas. Si, además, puedo estar contemplando el Mediterráneo y nuestro cielo, con sus nubes o sus estrellas, mucho mejor.

- Morir trabajando: un bello y utópico final.

- Le cuento lo de seguir trabajando porque, en estas épocas, un científico raramente trabaja en solitario, sino en equipo. La jubilación, en la Universidad, puede significar el aislamiento y en la Ciencia de los Materiales es difícil avanzar inmerso en la soledad. Un artista puede seguir siendo creativo frente a un papel en blanco –con su pluma, sus pinceles o su piano– pero el científico no puede estar solo y necesita un cierto entorno para producir.

Manuel Elices nos enseña, orgulloso, el Laboratorio y lugar de trabajo, con sus equipos para ensayos mecánicos, microscopios, ordenadores... Fue el introductor en España de la Mecánica de la Fractura que estudia la fisuración y la rotura de los materiales (hormigón, roca, cerámica...). Muchos dispositivos se han fabricado en el Taller del Departamento para ensayos muy específicos. Observamos un cañón de gas junto con una cámara fotográfica donde se pueden hacer varios millones de fotografías por segundo; hornos para ensayar materiales a 1.400 grados y aparatos láser para medir las deformaciones dentro de ellos; criostatos para ensayar temperaturas bajísimas, a más de 200 grados bajo cero, como en el espacio exterior...

“No es fácil adaptarse a la vida sacrificada del científico –reconoce Elices–. Y, para sobrevivir, hace falta una fuerte vocación. Esta realidad está agudizada en nuestro país donde el científico tiene un escaso reconocimiento social. Sus logros contribuyen al bienestar de todos, pero no gozan de la misma popularidad y menos con la misma renta que los artistas o futbolistas de moda”.

Siete años después estas declaraciones, la Academia de Ingeniería de Estados Unidos le nombra miembro de número, en la sección de académicos extranjeros. Lo que le honra y llena de satisfacción, entre otros motivos por ser el primer (y, hasta la fecha, el único) español (y balear) que lo recibe. Pese a ello, ni la Universidad Balear y ni el Consell habían contacto hasta esta fecha con Manuel Elices.

Tras diez años como carrera superior de segundo ciclo, hoy, la nueva carrera de Ingeniero de Materiales ya se imparte en trece universidades españolas. En estos momentos ha entrado en la recta final; la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) ha encargado a Elices que estudie su transformación en un titulo de grado, en sintonía con las directrices de Bolonia. “Confío en que así sea, pues se trata de una carrera interdisciplinar, propia del siglo XXI, que reforzará el tejido industrial y creará muchos puestos de trabajo ya que contempla no solamente los tradicionales materiales estructurales, sino, también los materiales funcionales, nanomateriales y biomateriales”

Hace dos años, La Enciclopedia de Menorca publicaba un volumen sobre Peces, (Tomo V, Vol. 1 y 2) en el que Elices colaboró con el biólogo Luis Cardona Pascual, menorquín y autor del texto. En dicha enciclopedia hay más de 250 fotografías submarinas, seleccionadas entre las más de 2.000 que Manuel Elices hizo personalmente, durante los últimos años.

Próximamente: Miguel Fe Serra.

viernes, 18 de febrero de 2011

Elices Calafat: (VI) “Bucear es como estar en otro mundo”.


Detalle de un gusano marino, captado por Elices, en sus sumersiones menorquinas.

- Me decía usted que siempre le ha gustado volver a la isla en donde nació.

- Y vuelvo siempre que puedo, varias veces todos los años. Desde que acabé la carrera, no he faltado ningún año. Trato de agrupar varias fiestas y algún puente para viajar a Menorca. No voy de vacaciones, sino a vivir días de mi vida. Aprovecho que resido en el campo y que no tengo teléfono para escribir, preparar clases y, en fin, para trabajar con la calma que no tengo en Madrid. Además, desde que era estudiante, practico mi gran afición: la fotografía submarina. Todas las fotografías que ve en mi despacho las hice en los fondos de la costa menorquina. Tengo el Departamento colonizado con fotos submarinas.

- ¿En dónde se sumerge? ¿En los alrededores de Menorca?

- Como Menorca es pequeña, cuando sopla viento de Tramontana, puedo bucear en la costa sur y al revés. No tengo barca y me acerco a la costa en coche. Lo más pesado, a mi edad, es transportar todo el equipo –botellas, plomos, cámaras, focos– hasta la orilla. Una vez dentro del agua, es como estar en otro mundo. También tengo buenos amigos buceadores que me ayudan. Fotografío peces e invertebrados marinos que han servido para la Enciclopedia de Menorca, que dirige mi buen amigo José M. Vidal Hernández. La flora y fauna submarina se van degradando de año en año y las autoridades deberían tomarse más en serio su protección, como han hecho en Cataluña con las islas Medas, antes de que sea demasiado tarde. Con la moda del buceo, los turistas arrancan las pequeñas estalactitas en las cuevas sumergidas, haciendo un daño irreparable. En pocos años, he visto maravillosas cuevas completamente expoliadas y que nunca más volverán a ser como antes.

- ¿Es usted soltero o casado?

- Estoy casado y tengo tres hijas; dos, médicos y la tercera acabó Ingeniería de Telecomunicación y me ha dado tres nietas. Mi mujer es casi farmacéutica y casi menorquina. Aunque nació en Madrid, la familia de su madre es de raigambre menorquina. En Mahón vive mi madre y dos hermanas.

- ¿Nunca ha pensado en la posibilidad de ganar un Premio Nóbel de Materiales?

- Iba a ser difícil porque este premio no existe, como tampoco existe un Nóbel de Matemáticas.

Mañana, continuación (Y VII) “Me gustaría morir con las botas puestas”.

Elices Calafat. (V) Turismo e ingeniería.


Manuel Elices, preparado para hacer fotos submarinas en aguas menorquinas.

Cuando nos entrevistamos con Elices Calafat, nos extrañó la falta de colaboración de la Universidad Balear con su larga experiencia científica, pericia y erudición. Su respuesta fue la siguiente:

- Mi relación con la Universidad Balear debería matizarse. He intentado acercarme en repetidas ocasiones. En el 2000, organicé un curso internacional, patrocinado por la Unión Europea, sobre fibras de altas prestaciones. He intentado establecer cursos de doctorado. He ofrecido mi ayuda en temas de investigación, pero siempre sin éxito. Además, desconozco la situación de la Universidad Balear con la que no he tenido contactos. Para contestar a su pregunta hacen falta datos sobre el empleo, sobre la industria balear y sobre qué sectores piensan desarrollar los políticos durante los próximos años, sólo así se podría explorar la necesidad de implantar alguna ingeniería. Pero, con el despertar de las Autonomías, las universidades proliferaron como setas por toda España y se han creado carreras más por presiones políticas que por necesidades reales.

- De cara al turismo, ¿se podría añadir alguna carrera más?

- Recuerdo que, hace unos años, El País publicó un editorial pesimista donde decía que, para el año 2000, la mitad de los españoles se dedicaría al turismo (era más crudo. Decía: serán camareros) y la otra mitad estaría en el paro. Sólo una planificación inteligente, basada en datos reales, puede alejar este futuro sombrío. Debería ser una ingeniería relacionada con las infraestructuras o como soporte de los servicios.

- Durante muchos años usted ha sido consejero del CDTI (Centro para el Desarrollo Técnico e Industrial del Ministerio de Industria) y ha podido pulsar, mes a mes, la realidad industrial de nuestro país. ¿Se atrevería a analizar algunos hechos como la venta de compañías españolas a multinacionales extranjeras?

- He visto, con tristeza, cómo prósperas empresas de alimentación, de farmacia, de materiales, etcétera, que se habían creado con un gran esfuerzo y, algunas veces, con dinero público, se cerraban o vendían a compañías multinacionales. Analizar estas situaciones no es simple, pero, en algunos casos, estas decisiones se tomaron después de haber seguido una política de I+D equivocada. Por cierto, durante mis primeros años en el CDTI, el director era Jaime Vallori, un ingeniero aeronáutico mallorquín que tuvo una visión muy clara, y, para mí, muy acertada, de cómo dirigir una política de I+D.

Más tarde, al confirmar que el Índice Doing Business, dependiente del Banco Mundial, medía detalladamente desde hacía años el grado de facilidad para hacer negocios en 183 países, en el que los datos de España no eran nada halagüeños, ni por la evolución de nuestro país, ni por su posición actual respecto a países de nuestro entorno, comprendimos el alcance de las palabras de Elices Calafat. Hoy, a nivel global, España está clasificada en el número 62 en facilidad para hacer negocio en 2010, habiendo perdido 11 posiciones respecto a la edición anterior (en la que ya teníamos una clasificación más que discreta), muy lejos de la posición que nos correspondería, siendo nuestro país una de las principales economías del mundo. Esto quiere decir que para los analistas del Banco Mundial hoy es preferible emprender un negocio en países desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido, o Japón. Pero también otros países como Corea, Suráfrica, Chipre, Tonga o Mongolia están por delante de nuestro país en la clasificación de la facilidad para emprender y hacer negocios.

Mañana, continuación: (VI) “Bucear es como estar en otro mundo”

jueves, 17 de febrero de 2011

Manuel Elices: (IV)_ Experimentos sobre los hilos de las telas de araña.


La seda que fabrican las arañas, cinco veces más resistente que el acero y tres veces más que las mejores fibras sintéticas modernas, es un material fascinante que el ser humano se ha empeñado en imitar.


Continuamos con Manuel Elices, uno de los fundadores del Grupo Español de Mecánica de la Fractura y miembro del Consejo Europeo de Fractura, Cofundador de la Asociación Internacional Fracture Mechanics of Concrete Structures. Además de ser miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales desde 1994.

- ¿Cuáles son los descubrimientos más importantes que se han llevado a cabo en su departamento?

- Desde el punto de vista experimental, hemos medido propiedades en condiciones extremas que han permitido descubrir nuevos aspectos del comportamiento de los materiales. Desde el punto de vista teórico, las contribuciones más interesantes se han producido en el campo de la Mecánica de la Fractura. Hemos contribuido a que se conozca mejor este fenómeno y hemos proporcionado herramientas de cálculo para que los ingenieros hagan los coches, los aviones, las presas, los puentes o, simplemente, los objetos cotidianos más seguros. Entre los logros a destacar en el campo de la Ingeniería, aparte de haber fomentado el área de la seguridad estructural mediante la creación de la Sociedad Española de Seguridad Estructural hace ya 28 años, cabe destacar las investigaciones realizadas sobre el comportamiento de los depósitos de hormigón pretensado para almacenar gas natural licuado, que se han plasmado en normas internacionales para el control de estos materiales, y los estudios sobre fractura de hormigones, que también se citan en las normas internacionales.

- ¿En qué está trabajando en estos momentos?

- Con un material fascinante: el hilo de la tela de araña. Una red de pesca con las propiedades del hilo de la tela de araña podría “cazar”, sin romperse, un avión en vuelo. Estos hilos poseen propiedades extraordinarias y su fabricación es un prodigio de ingeniería. En este proyecto estamos colaborando con la Universidad de Oxford y con el centro de DuPont, en Delaware, EE.UU.

- Cuando se habla de materiales, la gente piensa enseguida que se trata del acero o el hormigón. Pero, por lo visto es mucho más amplio...

- El progreso conseguido en la Ciencia de Materiales permite abordar el estudio de materiales aparentemente muy distintos, porque ya se conocen los fundamentos de esta Ciencia y se ha visto que los principios básicos son los mismos para todos los materiales. Los materiales más complejos son los biológicos. Los biomateriales están destinados a desempeñar un importante papel en los próximos años en todos los campos de la tecnología –no sólo en el área de la salud– debido a sus propiedades excepcionales. En julio del 98, organizamos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo un curso sobre biomateriales, con especial énfasis en la reparación de tejidos humanos: piel, vasos, tendones y huesos. Conté con la ayuda de prestigiosos científicos de EE.UU., de Inglaterra y de España.

- ¿Colaboran ustedes también con el Ministerio del Ejército?

- Para fomentar la Investigación y el Desarrollo, la Comisión Interministerial decidió integrar, hace varios años, las actividades de doble uso de I+D del Ministerio de Defensa con las actividades de I+D de los Ministerios de Industria y de Educación. Para ello formó una Comisión Interministerial de la que fui secretario y que luego se disolvió por razones que desconozco.

- ¿Cuál era el objetivo de esta Comisión?

- Fomentar la sinergia entre los tres ministerios para tecnologías de aplicación civil. Por ejemplo: los sofisticados sistemas de detección de infrarrojos que llevan los misiles pueden utilizarse, con provecho, en las torres de vigilancia para evitar incendios forestales o en sistemas de alarma. Otros ejemplos: algunas tecnologías electrónicas de tratamiento de imágenes, usadas por el Ejército, se pueden traspasar a la biomedicina para el diagnóstico precoz de enfermedades.

Mañana, continuación: (V) Turismo e ingeniería.

martes, 15 de febrero de 2011

Manuel Elices. (III) Pionero en la Ciencia de los Materiales.


Manuel Elices, Miembro y medalla de la Real Academia de Ingeniería.

- Otros hubieran cortado con la Universidad, quedándose con su trabajo en Obras Públicas. Pero usted no lo hizo, aún sabiendo que perdía dinero. ¿Por qué?

- Fue una decisión vocacional, ya que difícilmente podría darle otra justificación. Los primeros años fueron muy duros; en las Escuelas de Ingeniería no había una tradición investigadora y tuve que enfrentarme con la incomprensión y con la ingente tarea de levantar un Departamento Universitario en un ambiente que no era propicio. Después de casi 30 años, tenemos un departamento cuyo prestigio está reconocido internacionalmente y que ha irradiado profesores por toda la geografía española. Lo mejor del mismo es el capital humano. En el equipo, hay presencia balear: Tengo la suerte de contar con un colaborador excelente, Jaime Planas, mallorquín, catedrático e Ingeniero de Caminos. Un investigador de gran prestigio internacional. Igualmente, se incorporó Cristina Roselló, mallorquina e Ingeniero Industrial, que estuvo realizando la tesis doctoral. Pero, una vez que hubo terminado, se inclinó por la gestión empresarial. En estos momentos trabaja en el Banco de Españal.

- ¿Cuál es la línea desarrollada durante estos treinta años en su departamento?

- Hemos trabajado en casi todos los campos; experimentamos con aleaciones para la industria nuclear, aceros para la construcción civil, hormigones, materiales cerámicos de altas prestaciones, materiales compuestos para usos espaciales, y estudiamos el comportamiento de biomateriales para implantes, en colaboración con el Hospital de La Paz. La característica de nuestras actividades es la Mecánica de la Fractura, disciplina en la que hemos sido pioneros en España, y se ha alcanzado un reconocimiento internacional.

- ¿Y en la actualidad?

- En estos momentos dedico gran parte de mis esfuerzos a promocionar una nueva carrera que he gestado: Ingeniero de Materiales. Es una carrera superior, de carácter horizontal que, sin duda, será muy provechosa para el sector industrial. Se ha dicho que el bienestar económico y social de un país depende de su nivel de ingeniería de Materiales. No hay duda de que esta ingeniería tiene un gran protagonismo en las industrias del automóvil, de la construcción y de la electrónica.

- Una carrera que también se estudia, suponemos, en otros países

- El departamento no sólo ha irradiado profesores por toda la geografía española, también en Argentina, Chile y Egipto. Estos estudios se han iniciado, recientemente, en Inglaterra, Alemania y Francia. También en algunas universidades de los Estados Unidos y Japón.

- ¿Y cuentan con muchas solicitudes para poder cursarla?

- En el año 1998, empezó la tercera promoción y recibimos unas cien solicitudes. Se limitó la matrícula a cuarenta alumnos, debido a la falta de recursos en la Universidad Politécnica. Sin embargo, debo indicar que todos los egresados se han colocado. Nuestro país difícilmente será competitivo en la industria aeroespacial o en electrónica avanzada, pero lo podemos ser en los materiales más usuales, si sabemos producirlos más baratos y con más calidad que nuestros competidores. Esto requiere unos conocimientos muy sólidos que tratamos de impartir a los futuros ingenieros. Hemos redactado el Libro Blanco de la Titulación de Ingeniero de Materiales y empezado el nuevo Grado, siguiendo las directrices de Bolonia. En 2009, se matricularon 50 alumnos. En 2010, cien. Esta carrera ya se imparte en doce universidades.

Mañana, continuación: (IV) Experimentos sobre los hilos de las telas de araña.

Manuel Elices. (II) Número 1 de la Promoción.


Manuel Elices, en 1995, en la Universidad Carlos III de Madrid.

- ¿Nunca tuvo dudas?

- A mediados de la carrera, tuve algunas, como tantos estudiantes. Me gustaba la parte artística de la Ingeniería y quise explorar la carrera de Arquitectura; pasé dos años dibujando en la Academia López Izquierdo y aprobé el dibujo pero no continué por falta de tiempo y porque la atracción por los aspectos más básicos fue más fuerte. Me matriculé en la Facultad de Ciencias Físicas y simultaneé las dos carreras. No fui mal estudiante; acabé Caminos en 1963 con el número 1 de la Promoción.

- ¿Recuerda el nombre de alguno que haya terminado con usted?

- Varios compañeros de promoción son catedráticos en la Universidad Politécnica y en la Universidad Autónoma de Madrid, como Fernando Flores Sintes, catedrático en esta última. Otros han sido Directores Generales y la mayoría ocupan altos cargos en empresas de Construcción.

- ¿Y la carrera de Ciencias Físicas?

- La terminé al año siguiente, en 1964. De esta promoción sí hay nombres conocidos: Javier Solana, ex ministro de Asuntos Extreriores y ex Secretario General de la OTAN; Juan Rojo, ex secretairo de Estado; Félix Vidal, al que le concedieron el Premio Nacional de Investigación; Miguel Ángel Aguilar, conocido periodista, y muchos otros que son catedráticos de Universidad y científicos prestigiosos.

- ¿Qué hace en 1964, recién terminadas estas carreras de Caminos y de Físicas?

- Recuerdo que, a los pocos días de acabar esta última carrera, recibí una generosa oferta de trabajo de don Eusebio Lafuente, otro isleño en Madrid que era director de FECSA. Le agradecí su oferta y le comenté mis proyectos de acabar Físicas y encarrilar mi vida por otros derroteros. No sé muy bien lo que le dije, pero él siempre recuerda con cariño mi carta.

- ¿En dónde empezó a trabajar?

- En el Laboratorio Central de Obras Públicas, por pura casualidad. En aquellos años, el director del Laboratorio también era el director de la Escuela de Ingenieros de Caminos. Al acabar los estudios, fui a despedirme de él y, al agradecerle las atenciones que había tenido conmigo durante la carrera, sorprendentemente, me ofreció un puesto de profesor ayudante en su Cátedra de Resistencia de Materiales y un puesto de trabajo en el Laboratorio Central, con la tentadora proposición de que podía estudiar lo que quisiera. No lo dudé y quedé atrapado en Madrid a pesar de mi añoranza por las islas.

-Seguía teniendo usted una gran tendencia a volver a ellas.

- La tenía y la tengo, pero los acontecimientos se desarrollaron con tanta rapidez durante estos primeros años que mi vida profesional se ha fundido en este gran crisol que es Madrid. A los 30 años obtuve, por oposición, la Cátedra de Física en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Durante algún tiempo, me fue posible simultanear la docencia en la Universidad y la investigación en Obras Pública, pero, a partir de 1975, opté por quedarme en la Universidad, con dedicación exclusiva, en el departamento de Ciencia e Ingeniería de los Materiales.

(Mañana: (III) Pionero en la Ciencia de los Materiales)

domingo, 13 de febrero de 2011

Manuel Elices Calafat. Catedrático y director del departamento de Ciencia de Materiales en la Politécnica de Madrid.


Manuel Elices, impartiendo clase en la Politécnica de Madrid.


Nace el 2 de abril de 1938, en Mahón, en plena Guerra Civil. Se cría en Menorca de la que no sale hasta que tiene que pasar su examen de reválida de bachillerato, en Barcelona. Es hijo único y sus padres le apoyan en todo momento. Se desplazan con él a Madrid, en donde estudiará Ingeniería. Saca el número 1 de la Promoción de Ingenieros de Caminos, en 1963, y se licencia, un año más tarde, en Ciencias Físicas, con sobresaliente. En 1966, consigue el doctorado en Ingeniería, con sobresaliente Cum Laude y Premio Extraordinario.

Nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Navarra y por la de Carlos III, es el único balear que forma parte como Académico de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Física y Naturales. Miembro de la Academia Europea y académico de número de la Academia de Ingeniería, desde 1995, es el promotor y director de la carrera Ingeniero de Materiales de la Universidad Politécnica de Madrid. Dirige el Departamento de Ciencia de Materiales y crea el Grupo Español de Fractura. Posee innumerables condecoraciones y premios como la Medalla de Honor del Colegio de Ingenieros de Caminos (1995), la Medalla de Oro de la Real Sociedad Española de Física (2006), el Premio Ramón Llull (2000) y el Ministerio de Educación y Ciencia le otorga el máximo reconocimiento con el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología, Leonardo Torres Quevedo (1998). Desde el 2004, es Académico de la National Academy of Engineering (de momento el único ingeniero español) y, desde 2008, Académico de la Real Academia de Doctores de España.

Pero Manuel Elices sigue siendo un menorquín que añora su isla y el mar que la rodea. En 1994, recibe la Medalla de Oro de la Ciudad de Mahón. Y, entre sus hobbies, sobresale el de la fotografía submarina. Las paredes de su despacho y de su departamento están decoradas con hermosas vistas y paisajes del fondo del Mediterráneo que él mismo ha captado en sus horas de ocio.

Ha colaborado en Universidades de Europa, América y Asia. Ha cosechado premios nacionales e internacionales y ha trabajado en diversos campos (Física, Química e Ingeniería). Sus actividades se reflejan en trescientos artículos y en diez libros publicados, habiendo colaborado en otros ocho. Elices ha ido más allá de la docencia y de la investigación, habiendo realizado una labor creativa con contribuciones significativas al progreso de la ciencia. Le entrevistamos en julio de 1998, en su despacho de la Universidad.

- ¿Cómo fue su infancia y adolescencia, en Menorca?

- Nací en Mahón. Viví muy feliz, en Alayor, con mis padres, desde los tres hasta los nueve años. Después, nos trasladamos a Mahón para que pudiera estudiar el bachillerato. Cursé el bachillerato con buenas notas y mis padres decidieron apoyarme para que estudiara una carrera universitaria de ingeniería en Madrid.

- ¿Tenía usted claro qué ingeniería iba a estudiar?

- Al principio, no. Tenía predilección por la Física, las Matemáticas y sus aplicaciones. Creo que fue la herencia de los magníficos profesores que tuve en el Instituto de Enseñanza Media de Mahón. Llegué a Madrid con una beca para estudiar Ingeniero Aeronáutico, de dos o tres mil pesetas al año, que era más una ayuda moral que económica. Al poco tiempo, después de varias conversaciones que tuve con profesores y compañeros, decidí estudiar Ingeniero de Caminos en la única escuela abierta en aquella época en España.

(Mañana, continuará: (II) Número 1 de la promoción.)

viernes, 11 de febrero de 2011

Vicente Torres Cicerol. (Y IV) Piloto Mayor.


Astrolabio utilizado en los primeros viajes de descubrimientos.


- Y le nombraron también Piloto Mayor.

- Fue por mi afición a la navegación. Me construí un astrolabio, el bisabuelo del sextante. Me propuse hacer una especie de estudio de cómo navegaban los antiguos, los de los tiempos de Cristóbal Colón para ir a América, cuando todo el mundo creía que todo giraba alrededor de la Tierra. No tenían la certeza de que ésta fuera redonda, ni poseían mapas, ni cronómetros, ni una idea clara del movimiento de los astros. Y lo utilicé en mi primera vuelta al mundo. A los pilotos les hacía gracia porque ellos dominaban los modernos sistemas, pero el ancestral astrolabio nunca había estado en cabina. En lugar de ser un salto futurista de quinientos años, es otro hacia atrás. Pero yo creo que tiene más interés que hacer elucubraciones sobre lo que va a pasar. Yo las hacía sobre lo que posiblemente habría pasado.

- Tengo entendido que, en esta asociación de la que forma parte, van ustedes vestidos de uniforme.

- Sólo para los actos de tipo castrense. El mismo que empleaban los soldados de Felipe II. Las mujeres van de cantineras de la Edad Media. Para otros actos llevamos una chaqueta azul, una insignia, un pantalón blanco o gris, según sea invierno o verano, y unos zapatos en consonancia. Por ejemplo, para visitar al Arzobispo de Manila íbamos así. Pascual Barberán, un conocido y prestigioso abogado, es el presidente de esta fundación.

- Volvamos a su familia. De sus siete hijos, ninguno de ellos nació en Ibiza, pero me imagino que sí hablarán el catalán.

- Los cuatro primeros salieron de Barcelona cuando eran muy jóvenes y los tres últimos han nacido en Madrid. Pero, pese a mi largas ausencias en la isla, ni he perdido el ibicenco, ni mi mujer el catalán. Cuando la conocí, hablamos en castellano, lengua que continuamos ejercitando por inercia y por costumbre. Aunque hemos viajado mucho por Ibiza y por Menorca, donde veraneamos, mis hijos siguieron hablando el castellano y no aprendieron ni el ibicenco, ni el catalán, aunque lo entienden. Reconozco que ha sido un error nuestro, mío y de mi mujer, no haber hablado también en nuestra lengua porque no se nos ha ocurrido. Ellos podrían saber ambos idiomas: el ibicenco y el castellano. Ser bilingües sería lo ideal. Con nuestros amigos hablamos en nuestra lengua, pero en familia siempre utilizamos el castellano.

- Y el mar, ¿lo echa usted de menos?

- Mucho. Cuando vine a Madrid, tenía 18 años. Mi ilusión era embarcarme de oficial en un barco mercante. Pero se me torció el plan y se me presentó otro trabajo gracias al cual también pude viajar mucho. Mi ilusión era ver el mar y estar junto a él. Cuando llegaba a una ciudad, lo primero que hacía era irme al puerto a ver los barcos, el mar y el horizonte porque los echaba de menos. Y me siguen gustando. Los que somos de las islas tenemos metido el mar en el alma. Lejos de él, te vas acomodando sin verlo. Pero, aún así, cada vez que voy a una ciudad con puerto, todavía voy a verlo. Es algo que llevas grabado dentro de ti y de lo que no puedes ni quieres desprenderte.

- ¿Pensó alguna vez en dónde le gustaría ser enterrado cuando muera?

- Nunca lo pensé seriamente. Mi padre debe estar enterrado en África, en donde desapareció durante la guerra, cuando yo tenía tres años. Y a mi madre la tengo enterrada en Madrid. Me gustaría estar a su lado. Pero, ciertamente es algo que nunca he pensado.

Dos años y pico más tarde, moría Vicente Torres en Madrid. Su cuerpo descansa definitivamente en el cementerio madrileño de La Paz, de Colmenar.

Próximamente: Manuel Elices Calafat, director del departamento de Ciencia de Materiales en la Politécnica de Madrid.

martes, 8 de febrero de 2011

Vicente Torres Sirerol. (III) La vuelta al mundo en once días.


Vicente Torres, frente a máscaras de todo el mundo.


- Julio Verne cuenta la vuelta al mundo en ochenta días ¿Cuántos tardó usted, volando?

- La primera vez, once. Fue Madrid Lisboa con Iberia; Lisboa Johannesburgo Islas Mauricio Hong Kong, con Sud Africa; Hong Kong Tokío, con la Katai Pacific y Tokío Madrid con escala técnica en Anchorage (Alaska), con Iberia. Lo que pasa es que llegas traspapelado porque pierdes la noción del tiempo. Al ir de Oeste a Este, cada día se te hace más corto. Vas totalmente falto de sincronismo en el dormir. Pero, si lo haces al revés –la segunda vez: Madrid Londres San Francisco Los Angeles Hawii Manila Bangkok-Abu Dhabi (Golfo Pérsico) Frankfurt Madrid–, te llega igualmente el cansancio, pero por la razón contraria. En la primera ocasión tardé once días y en la segunda, trece y pico. Es una aventura muy bonita y ves cosas que, de otra forma, resulta imposible. Cuando te acercas al Polo Norte, apercibes, por ejemplo, unos colores especiales que no son auroras boreales pero que son más espectaculares, al estar el sol (según las horas) cerca del horizonte, pero debajo, durante mucho tiempo.

- ¿Se ha sentido tentado de comparar lo encontrado a lo largo del mundo con su isla?

- Yo hago siempre el chiste de que todo el mundo cree que su pueblo es el mejor, pero, en el caso de Ibiza, eso es verdad. Realmente, Ibiza es un pueblo magnífico en todos los aspectos, aunque hay que reconocer que la isla que conocí ha cambiado mucho.

- ¿También el carácter del ibicenco?

- Eso permanece. Sigue siendo acogedor. La gente es correcta y respetuosa y quiere ayudar al que viene de fuera. Somos un poco confiados, aunque tal vez ahora un poco escarmentados. En tiempos remotos se registraban peleas con algunos resultados funestos pero siempre era por cuestión de faldas. Y que conste que hablo de recuerdos porque hace mucho tiempo que no vivo allí, aunque vaya varias veces al año. La isla no se me quita de la cabeza.

- Fue usted nombrado Caballero de la Fundación Mar Océano. ¿Qué es esto?

- Se trata de una asociación desinteresada de unos trescientos miembros cuyo objetivo primordial es hacer acto de presencia en los lugares en donde España estuvo desde hace siglos. Por ejemplo, en América del Sur o en la zona del Cabo Norte, en donde viven los descendientes de los marinos españoles que, tras la batalla con Inglaterra, en la que la Armada Invencible fue diezmada, fueron a parar a unas islas de Noruega, muy cerca del Cabo Norte. Los supervivientes se quedaron allá y se casaron con noruegas. Quisimos hacer una excursión al lugar pero fue imposible llegar hasta estas islas por una serie de problemas. Estuvimos también en Mónaco, en donde fuimos recibidos por Rainero y celebramos la presencia de Carlos I y su apoyo a los Grimaldi en la formación de su principado. En otra ocasión, estuvimos en la procesión del Corpus, en Ponteáreas, en Galicia. Y en otra, en Gara Chico, Santa Cruz de Tenerife, desde donde se hacía el comercio de España con América del Sur. La segunda vuelta al mundo que llevé a cabo la hice integrado en esa asociación dentro de la cual está el Club de los 360 Grados, formado por los que dieron la vuelta a la Tierra.

- Una vuelta que les saldría carísima, supongo

- Pues no. Nos acogimos a las tarifas minis y conseguimos reducciones en los hoteles. Lo que nos salió por algo más de 200.000 pesetas por persona.

Próximamente: Vicente Torres Cirerol. (Y IV) Piloto Mayor

lunes, 7 de febrero de 2011

Vicente Torres Cirerol: (II) “Volar, volar y volar”.


El 3 de noviembre del1957, los rusos lanzaron el sputnik 2, en el que metieron a la perra Laika que murió en el viaje.

- ¿Cuántas horas de vuelo lleva usted como piloto aficionado?

- No lo sé, ya que dejé de anotarlo cuando me fui de Barcelona. Entonces tenía unas 200 horas. En mi trabajo en SITA he hecho muchos viajes. La primera vez que estuve en América volé en un Super Constelation, un avión de hélice, desde Madrid, e hicimos escala en las islas Azores. Tardamos doce o catorce horas, si no recuerdo mal. Hoy en día puedes hacerlo en siete horas. A "grosso modo”, tal vez haya llegado a las 2000 horas de vuelo

- ¿Nuca tuvo miedo de un accidente?

- La verdad es que no. Reconozco que siempre hay un riesgo pero es muy remoto.

- Usted siguió muy de cerca la ruta del Sputnik, el primer satélite artificial, lanzado por la URSS el 2 de agosto de 1957, capaz de vencer las leyes de la atracción terrestre y de colocarse en el espacio exterior.¿Cómo diablos se las ingenió para descubrir su ruta?

- No fue muy difícil. Los mismos rusos anunciaban los lugares y horas por donde pasaba. Yo me limité a estudiarlas detenidamente y escribí un artículo en el que describía el sistema utilizado que se publicó en “La Vanguardia” de Barcelona. En ninguna otra publicación se hizo anteriormente a dicha fecha. El satélite artificial empleó 95 minutos en dar una vuelta completa alrededor de la Tierra, a una velocidad de 24.500 kilómetros por hora. Con mayor detalle, lo publiqué en noviembre del mismo año en la Revista Aeronáutica del Ministerio del Aire. Y ese mismo año recibí el premio al Mejor Artículo del Año.

- Por cierto que el Gobierno soviético, por medio de la agencia Tass, anunció el acontecimiento a bombo y platillo.

- Dijo que era “una contribución colosal a los tesoros de la ciencia y de la cultura”. Una manera sibilina de mostrar la superioridad del sistema socialista sobre el capitalista. No se olvide que acababa de empezar la carrera del espacio. Tres meses después, en el Sputnik II, colocaron en el espacio a la perra Laika y, cuatro años más tarde, metían a un hombre en la cápsula (Yuguri Gagarin). Consiguieron que otro saliera de ella y se diera un paseo espacial (Aleksei Leónov). Entretanto, los Estados Unidos lograban, el 1 de febrero de 1958, poner en órbita al Explorer I y la guerra fría llegó al espacio.

Mañana: (III) La vuelta al mundo en once días.

Vicente Torres Sirerol. Viajero empedernido del mundo.


Vicente Torres Sirerol, en 1999.

Nacido en las Pitiusas en mayo de 1921, Vicente Torres salió de la isla a principios de 1940 con la misión de cubrir una oposición de oficiales radio telegrafistas para la Marina Mercante. Su ilusión era embarcarse y pensaba que el mundo era suyo, pero no tuvo la posibilidad de hacerlo. En su lugar, la compañía Trans radio le destinó a Barcelona, en donde trabajó en las obras del aeropuerto. Más tarde tuvo a su cargo los servicios técnicos y operativos de comunicaciones, integrados en la Dirección General de Protección de Vuelos. Allí se casó y tuvo cuatro de sus siete hijos.

En 1956, fue enviado a Oklahoma, en donde permaneció un año y completó su formación con modernos sistemas de navegación electrónica y comunicaciones. Dos años más tarde, inició su trabajo en la empresa SITA (Sociedad Internacional paraTelecomunicaciones Aeronáuticas), dedicada a las comunicaciones aéreas de compañías civiles en todo el mundo, Desde entonces, vive en Madrid. Vicente Torres es el único ibicenco que ha dado la vuelta al mundo en ocho días. Pero, convertido en Caballero de la Fundación Mar Océano, prefiere hacer que su vida sea un largo viaje alrededor de sí mismo.

- En 1999, le entrevistábamos. La que sigue, es la entrevista que mantuvimos con él. Tres años más tarde, el 1 de junio del 2002, moría, en Madrid.

- Residir fuera de Ibiza no le ha hecho olvidar. Y hoy la sigue recordando.

- Cada año, al visitarla, me encuentro con muchos amigos de cuando estudié el bachillerato. Lo mismo, en Mallorca. Mi padre era ibicenco y mi madre mahonesa, por lo que me considero balear y mediterráneo del todo

- Volar es para usted una afición y vocación ¿Desde cuándo la tuvo?

- Es algo que llevo inculcado desde pequeño, cuando empezaron a venir a Ibiza los primeros hidroaviones. Además, hice un curso de radio-navegación en la escuela de vuelos sin visibilidad de Salamanca. Las prácticas de navegación con sistemas de aquella época eran muy distintas de las de ahora. Y, siempre que he volado por razones de mi trabajo, he tenido la suerte de ser admitido en la cabina de la tripulación.

(Mañana, continuará: (II) “Volar, volar y volar”)

jueves, 3 de febrero de 2011

(y V) La gente de poder económico no suele tener preocupaciones intelectuales.


Bartolomé Escandell, frente a la imagen de Ibiza.

- ¿Y qué hacer cuando las divisas y el dinero se convierten en la principal preocupación de la gente, desconocedoras de la historia y de la tradición?

- Efectivamente, vivimos en una época hedonista y consumista en la que las prioridades pueden no ser intelectuales. Normalmente las fortunas difícilmente se emplean en promocionar empresas humanísticas, sino en la ostentación, en la compra de bienes superfluos, en figurar en la sociedad y en crearse ambientes... En este sentido, es poco esperable que los que tienen bienes económicos los canalicen hacia una promoción intelectual, cultural y humanística. El dinero se suele emplear en el consumismo que es la vida muelle. Y la gente con poder económico no suele tener preocupaciones intelectuales. Lo habitual es otra cosa. Aunque siempre hay mecenas que son de agradecer

- ¿Tiene usted la idea de volver a Ibiza para quedarse definitivamente en ella?

- La visito dos o tres veces al año. Jamás he dejado de ir, no sólo para pasar los meses de julio y agosto, en las vacaciones académicas, sino, en ocasiones, por Semana Santa y Navidad, sobre todo cuando mis padres vivían. Allí tenemos, tanto yo como mi mujer, ibicenca, casa y bienes. No pienso quedarme en ella porque mi hija y mi familia más cercana habitan en Madrid. Somos ibicencos hasta la médula pero nuestra vida está aquí. Y no es normal que dejáramos esto para vivir en la isla para siempre.

- Cuando usted se muera ¿en dónde le gustaría que le enterraran?

- Nosotros tenemos una capilla familiar en el cementerio de Ibiza en la que están enterrados todos mis antepasados, aunque mi familia de Madrid tiene igualmente su parcela, por lo que no tengo preferencias especiales.

Próximamente: Vicente Torres Sirerol. Viajero empedernido del mundo.

(IV) “Pese a la cantidad de títulos recibidos, concedidos, no aspiro a ellos”.


Con los compañeros del Colegio Mayor ´César Carlos´, de Madrid, en 1953, del que llegó a ser rector.

- Su historial es apabullante. Miembro de la Academia Portuguesa de Historia y Premio de Conferencias, Botón de Oro del Colegio Mayor César Carlos del que fue también rector, poseedor de la Orden del Mérito Civil, de la Orden de Alfonso X el Sabio... Me pregunto cuál es el título académico que todavía no ha podido conseguir.

- Quedan aún muchos. Pero yo soy espiritualmente modesto y no aspiro a ellos. Si los he cosechado han sido como obligaciones impuestas. Jamás he codiciado nada. Siempre me he encontrado más bien con obligaciones que a lo mejor no esperaba pero que tenía que asumir, como la primera que usted ha nombrado. La Academia Portuguesa de Historia es un reconocimiento que quisieron hacer en mi persona de la amistad entre España y Portugal. No lo atribuyo a méritos personales míos sino a una demostración de esta amistad.

-¿Lleva usted la cuenta de los libros escritos?

- No he escrito tantos. Quince o veinte. Porque la vida me ha exigido volcarme en cuestiones administrativas. En Salamanca fui secretario de Facultad; en Oviedo, administrador general y director del Instituto de Ciencias de la Educación; aquí, decano en Alcalá; luego he sido subdirector general de Centros Universitarios, Rector del Colegio Mayor César Carlos... Y todo eso significaba una cantidad de actividades puramente administrativas y burocráticas que me restaban sosiego para poder escribir más libros.

- Pero con su retiro, tendrá más tiempo para ello.

- Desde que me han jubilado, he publicado trece. La verdad es que ahora que tengo tiempo, puedo sacar el fruto de cosas acumuladas y que dormían esperando una oportunidad.

- Pero, dígame una cosa ¿se venden tantos mamotretos?

-No como los literarios. Son cuestiones que no manejo porque son propias de las editoriales. Yo entrego lo que me piden y no entro en lo demás. A veces tengo la satisfacción de oír que un libro mío es monumental u otras apreciaciones positivas y entusiastas. Lo que es impensable es que un libro científico pueda competir con las tiradas del Premio Planeta.

(Mañana: (y V) “La gente de poder económico no suele tener preocupaciones intelectuales.

martes, 1 de febrero de 2011

Bartolomé Escandell Bonet. (III) Fundador del Centro de Estudios Inquisitoriales.


Ceremonial de la censura inquisitorial.


- ¿Cree usted que el ibicenco conoce su historia?

- Ahora más que antes. Pero, en efecto, no la conocía mayoritariamente. En los planes de estudios tanto primarios como secundarios, no había una historia de Ibiza. Quien deseaba saber sobre ella tenía que leer por su cuenta. Ahora hay una superabundancia de iniciativas locales y regionales, pero entonces no era así. Y nuestro pasado es mejor conocido que antes.

- Además de ser el primer catedrático que su isla ha dado a la Universidad española y Decano Honorario de la Facultad de Letras de Alcalá, se especializó en la figura del Cardenal Cisneros y es autoridad indiscutible en Historia Inquisitorial.

- En efecto, mi primera investigación que hice sobre este tema la desarrollé sobre la Inquisición. En los años 1948 y 1949, cuando los medios de comunicación en España estaban absolutamente destruidos por la guerra y eran muy elementales, desarrollé mi tesis doctoral sobre la Inquisición. El profesor Ballesteros me recomendó el estudio de la Inquisición en América cuyos documentos estaban concentrados en el Archivo Histórico Nacional. No se trataba de hacer la secuencia cronológica de los hechos, sino de extraer lo que había de pálpito de la vida de los encausados o de los relatos que ellos hacen de la sociedad de su época y de sus avatares en América. Un enfoque nuevo que valía la pena y que era apasionante. Mi tesis doctoral se tituló “La vida en el Perú en la época de Felipe II a través de la Inquisición de Lima”. Acumulé materiales para muchos otros trabajos y los voy publicando en revistas españolas y extranjeras. Pero es que, además, en 1978, se cumplió el V Centenario de la Fundación del Tribunal Inquisitorial en España por los Reyes Católicos. Se fundó por una bula del Papa Sixto IV. Y se celebró un Congreso Internacional en Cuenca Yo estaba convencido de la necesidad de revisar todo el problema de la Inquisición, encallado entre polemistas y panegiristas, entre detractores y defensores. Necesitaba una renovación a fondo con método y desde perspectivas actuales de la historiografía. Y creamos el Centro de Estudios Inquisitoriales del que fui fundador y vicepresidente.

- En el libro “Baleares y América”, usted investigó algo desconocido hasta el momento.

- Se trata de un libro único sobre este tema en toda la bibliografía mundial. Provino de una iniciativa de Mapfre con motivo del centenario del descubrimiento de América. Abarca desde nuestra historia que justifica la separación de Baleares con respecto a América al quedar un poco excéntricos en los circuitos americanos, y toda la labor que los balearicos llevaron a cabo en los distintos sectores de la actividad humana. Desde los misioneros como Fray Junípero Serra, evangelizador de California y uno de los padres de la patria estadounidense hasta los emigrantes del siglo XIX y XX.

-¿Cuándo se creó la Universidad Internacional del Mediterráneo de la que usted fue rector?

- En los años ochenta. Empezó con ella Ricardo de la Cierva, catedrático de Alcalá. Había una necesidad de dar a Ibiza, en esos años de tanto hippies y discotecas, una dimensión e imagen que no se limitara a la frivolidad. Se programaron unos cursos de verano que luego pasaron a mis manos. La verdad es que, con poco dinero, teníamos una proyección que podía equipararse en calidad a la propia universidad Menéndez Pelayo, de Santander. Pero las cosas de la política deterioraron un poco aquel proyecto y ahora ya no es lo que fue en un principio. De dos meses que llegamos a dar entonces, se ha pasado a impartir unas lecciones inorgánicas de sólo una semana. Ni siquiera sé si se sigue llamando de la misma manera.

Mañana: (IV) “Pese a la cantidad de títulos recibidos, concedidos, no aspiro a ellos”