domingo, 3 de abril de 2011

Bernardo Obrador Vidal. Jefe de la sección de Pilotos del Sepla

Bernardo Obrador, autor de “450 años de Historia del Colegio de Montesión (1561-2011)”, obra editada en tres tomos, con un total de 2.700 páginas.

Nace en Palma de Mallorca, el 5 de diciembre de 1952. Su padre es médico, especialista de pulmón y corazón e hijo, a su vez, de médico. Desde muy joven, siente pasión por volar y, desde los 23 años, lo hace como piloto de Iberia. En el momento de entrevistarlo, en 1998, además de ser Comandante de un Airbús A 320, es Jefe de la Sección Sindical de los Pilotos de Iberia en el Sepla (Sindicato Español de Pilotos Líneas Aéreas), puesto al que accede, en diciembre de 1995, por sufragio entre los pilotos de Iberia y desde el que le toca defender las condiciones laborales y profesionales de los más de 1.300 compañeros en la Compañía. Luego, en diciembre del 2004, accederá de nuevo a ese cargo.


Tiene más de 13.000 horas de vuelo y nunca se ha encontrado con un Ovni. Pero, cuando está en tierra firme, se ve obligado por su cargo a enfrentarse con frecuentes discusiones y polémicas, tiras y aflojas, guerras y pactos. “Uno es piloto –confiesa Bernardo Obrador–. No negociador, ni abogado, ni economista. Para enfrentarte en una mesa de negociación con gente que sí lo es y, además, dispone de infinidad de medios a su alcance, no tienes más remedio que dedicar muchísimas horas a las tareas sindicales. Ello implica, sin duda alguna, menor atención y tiempo para tu familia.


- ¿Cómo recuerda su infancia?


- Fue un período muy feliz de mi vida en una Mallorca diferente a la actual. La recuerdo con multitud de amigos que disfrutábamos juntos de un entorno natural fantástico. Palma, en aquella época, no era la urbe que es ahora y aquello favorecía la relación con los demás y muy especialmente las primeras relaciones sociales con otros niños diferentes a los compañeros de colegio. Me eduqué en el parvulario de los Jardines de Infancia y, a los seis años, pasé al Colegio de Montesión de los Jesuitas del que he presidido la Asociación de Antiguos Alumnos.


- ¿Cómo era entonces la Mallorca de los cincuenta comparada con la de hoy?


- Completamente diferente. En los últimos treinta años, ha cambiado mucho y Palma ha crecido en todos los aspectos. Mallorca ha desarrollado grandes infraestructuras y ha incrementado no sólo su población, sino que también se ha vuelto más cosmopolita y ello ha supuesto una apertura evidente de mentalidad. En los últimos años, el turismo ha ejercido una influencia notable y, muy especialmente, aquellos no nacidos en Baleares que optan por tener aquí su primera residencia.


- ¿Disfrutó de su juventud?


- Mi juventud son recuerdos de amigos, de profesores, de veranos en la playa... Los mallorquines tenemos la gran suerte de tener una diversidad natural que nos permite disfrutar del mar, la fortuna de contemplar cómo rompen también las olas en los acantilados, cómo vienen y van los barcos, así como la de disfrutar de la montaña o de la tranquilidad de nuestros campos. Son, pues, recuerdos de naturaleza y de amigos, pero también de paseos por la Plaza de España o por el Borne, de las primeras películas de cine o de las primeras relaciones con chicas.


Mañana: (II) "Vuelo, desde 1975".

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