martes, 12 de abril de 2011

Miguel Francisco Oliver Roca, ex director de "Sa Nostra" en Madrid


Hijo de un funcionario de aviación, Miguel F. Oliver nace el 8 de febrero de 1950, en Palma de Mallorca. Cuenta con cuatro hermanos más. Su infancia se desarrolla en un ambiente muy agradable y campechano. “Un ambiente en el que no había maledicencias –advierte como si el mundo estuviera apestado por las mismas–. Nos conformábamos con muy poco y recuerdo una infancia muy feliz”. Estudia el bachillerato en el colegio La Salle. Luego, pasa a la Escuela de Comercio en donde cursa Profesorado Mercantil con una beca de la Cámara de Comercio. Pasa a la Universidad, en el primer ciclo de Ciencias Empresariales y se hace auditor de cuentas. Se inscribe en el Registro Oficial del Roac y sigue unos cursos de postgraduado con el IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa), en Barcelona, y otro de Master en Finanzas, en la Universidad de Deusto, patrocinado por la Confederación Española de las Cajas de Ahorros. Es corresponsal de la CCB (Cámara de Comercio Británica) en España. Le entrevistamos, en el 2001, en la misma sede de la Caja de Baleares en Madrid, en la que ejerce de director de zona de la Península y Canarias. Diez años más tarde, hace tres meses, Miguel F. Oliver se ha jubilado.

- ¿Era usted buen estudiante, en el bachillerato?

- Yo diría que del montón. Ni bueno ni malo, dentro de una tonalidad intermedia.

- Terminados sus estudios, ¿en dónde hizo sus primeros trabajos?

- Tenía 23 años cuando entré en una entidad financiera en Baleares, en la que estuve hasta principios del 87. Ese año formé parte de un despacho de asesoramiento empresarial. Fue casi al mismo tiempo en que se me presentó la oportunidad de entrar en La Caja de Baleares, “Sa Nostra”, en Madrid. Necesitaban la cobertura de la dirección.

- ¿Conocía usted Madrid?

- Había estado algunas veces de viaje. Tengo familia que reside aquí. Y era una vieja aspiración que yo tenía. Siempre había pensado salir durante una época de Baleares porque no conocía otras cosas fuera del límite de las islas, en el sentido técnico y profesional.

Mañana: (II) Vivir en Madrid.

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