Hijo de Jaime Enseñat Alemany, socio fundador de Rotary Club Mallorca, Sebastián Enseñat Velasco fue primer gobernador de Rotary en España en la reinstauración de la democracia. Fue un reconocido abogado mercantilista y estuvo muy vinculado a empresas italianas. Fue Consejero y/o Secretario de Sniace, Papelera Española, Sarrió, Gestevisión Telecinco, Publiespaña, Chicco Española, Alfa Romeo, Snamprogetti, Seirt, Azucareras Reunidas de Jaén y de otras. Igualmente, de la Cámara de Comercio Italiana y Sociedad Italiana de Beneficencia. Le entrevistamos en enero de 1998, en Madrid. Once años más tarde, el 18 de marzo del 2009 moría en Madrid. El Gobierno italiano le concedió la Condecoración de Commendatore, y posteriormente el Presidente Pertini la de Grande Ufficiale al Merito de la República Italiana.
Piscis que no creía demasiado en el horóscopo –nació un 6 de marzo de 1930–, Sebastián Enseñat reconocía que le había ido muy bien en la vida. Tenía otros dos hermanos y una hermana y era hijo de Jaime Enseñat, abogado mercantilista famoso que muriera en 1988, nueve días después de perder a su esposa. “No soportó esa tristeza”, nos dijo, mientras le recordaba.
Muy pronto, tras el pre bachillerato, Sebastián saltó de la isla a Madrid en donde estudió leyes. Tras la Guerra Civil, ejerció de primer Gobernador de los Rotarios españoles. Era especialmente conocido entre la colonia de italianos para los que trabajaba como abogado. Ocupó el cargo de consejero de la televisión privada, Tele 5, en su primera época. Presidió la Sociedad italiana de Beneficencia. Era secretario perpetuo del Hogar Balear y se sentía como la mayoría de isleños, provisionalmente en Madrid. Como inicio de nuestro encuentro, le sugerí me recordara lo que su padre había hecho por Mallorca.
- Algo que no puede ser olvidado: fue pionero en la industria hostelera. Creó los dos primeros hoteles de categoría en Palma: el Gran Hotel y el Reina Victoria. Fundó el Fomento del Turismo de Mallorca del que ocupó su presidencia y la empresa de seguros Mare Nostrum, adquirida posteriormente por el Banco Popular. Construyó el primer campo de golf en la isla, en la playa de Alcudia, en 1931. Este, cinco años más tarde, fue requisado por los franquistas que lo transformaron en campo de aviación. En los años 50, el Ministerio del Aire le devolvió los terrenos, en los que construyó la urbanización Playa de Alcudia, uno de los centros turísticos más importantes de la isla. Contribuyó así a que Alcudia llegara a ser el pueblo español que tenía la mejor renta per cápita gracias al turismo y a los servicios.
- ¿Hasta qué año vivió usted en la isla?
- En ella hice el pre-bachillerato. Al terminar la Guerra Civil, mi padre, abogado mercantilista, decidió trasladarse con todos nosotros a la capital del país. El ingreso de bachiller lo hice ya en Madrid.
- ¿Qué conserva de esta isla que abandonara a los nueve años?
- La lengua mallorquina, aprendida en los años mozos, que procuro practicar siempre que tengo ocasión.
- ¿Siente, de vez en cuando, la necesidad de volver a Mallorca?
- Todos los años paso mis vacaciones en la isla. Al principio íbamos en Navidad, Semana Santa y verano. Luego, al dejar de ser estudiante y ejercer una profesión, mis vacaciones se limitaron al mes de agosto y a los fines de semana que puedo escaparme. En Madrid soy secretario perpetuo del Hogar Balear, una asociación de varios centenares de mallorquines. Y he observado que todos tenemos una cosa en común. Y es que nos sentimos provisionalmente en Madrid. Todos estamos convencidos de que pronto va a ocurrir algo que nos va a permitir volver a Mallorca. Y que conste que esto no significa ni un menosprecio ni un menor cariño por Madrid, ciudad en la que me siento totalmente identificado. Estoy casado con una madrileña, nieta de Mariano Belliure, escultor del monumento a don Antonio Maura, cuyo cincuentenario de su muerte se celebró; tengo cinco hijos, madrileños también, y he recibido una acogida extraordinaria en esta capital. Pero los balearicos transportamos con nosotros el gusanillo ese del deseo de regresar a nuestras islas y estoy pensando cuándo va a llegar el día que pueda jubilarme para volver allí y pasar una gran parte del año.
Mañana: Sebastián Enseñat (II) Un forofo de Tele-5.
Piscis que no creía demasiado en el horóscopo –nació un 6 de marzo de 1930–, Sebastián Enseñat reconocía que le había ido muy bien en la vida. Tenía otros dos hermanos y una hermana y era hijo de Jaime Enseñat, abogado mercantilista famoso que muriera en 1988, nueve días después de perder a su esposa. “No soportó esa tristeza”, nos dijo, mientras le recordaba.
Muy pronto, tras el pre bachillerato, Sebastián saltó de la isla a Madrid en donde estudió leyes. Tras la Guerra Civil, ejerció de primer Gobernador de los Rotarios españoles. Era especialmente conocido entre la colonia de italianos para los que trabajaba como abogado. Ocupó el cargo de consejero de la televisión privada, Tele 5, en su primera época. Presidió la Sociedad italiana de Beneficencia. Era secretario perpetuo del Hogar Balear y se sentía como la mayoría de isleños, provisionalmente en Madrid. Como inicio de nuestro encuentro, le sugerí me recordara lo que su padre había hecho por Mallorca.
- Algo que no puede ser olvidado: fue pionero en la industria hostelera. Creó los dos primeros hoteles de categoría en Palma: el Gran Hotel y el Reina Victoria. Fundó el Fomento del Turismo de Mallorca del que ocupó su presidencia y la empresa de seguros Mare Nostrum, adquirida posteriormente por el Banco Popular. Construyó el primer campo de golf en la isla, en la playa de Alcudia, en 1931. Este, cinco años más tarde, fue requisado por los franquistas que lo transformaron en campo de aviación. En los años 50, el Ministerio del Aire le devolvió los terrenos, en los que construyó la urbanización Playa de Alcudia, uno de los centros turísticos más importantes de la isla. Contribuyó así a que Alcudia llegara a ser el pueblo español que tenía la mejor renta per cápita gracias al turismo y a los servicios.
- ¿Hasta qué año vivió usted en la isla?
- En ella hice el pre-bachillerato. Al terminar la Guerra Civil, mi padre, abogado mercantilista, decidió trasladarse con todos nosotros a la capital del país. El ingreso de bachiller lo hice ya en Madrid.
- ¿Qué conserva de esta isla que abandonara a los nueve años?
- La lengua mallorquina, aprendida en los años mozos, que procuro practicar siempre que tengo ocasión.
- ¿Siente, de vez en cuando, la necesidad de volver a Mallorca?
- Todos los años paso mis vacaciones en la isla. Al principio íbamos en Navidad, Semana Santa y verano. Luego, al dejar de ser estudiante y ejercer una profesión, mis vacaciones se limitaron al mes de agosto y a los fines de semana que puedo escaparme. En Madrid soy secretario perpetuo del Hogar Balear, una asociación de varios centenares de mallorquines. Y he observado que todos tenemos una cosa en común. Y es que nos sentimos provisionalmente en Madrid. Todos estamos convencidos de que pronto va a ocurrir algo que nos va a permitir volver a Mallorca. Y que conste que esto no significa ni un menosprecio ni un menor cariño por Madrid, ciudad en la que me siento totalmente identificado. Estoy casado con una madrileña, nieta de Mariano Belliure, escultor del monumento a don Antonio Maura, cuyo cincuentenario de su muerte se celebró; tengo cinco hijos, madrileños también, y he recibido una acogida extraordinaria en esta capital. Pero los balearicos transportamos con nosotros el gusanillo ese del deseo de regresar a nuestras islas y estoy pensando cuándo va a llegar el día que pueda jubilarme para volver allí y pasar una gran parte del año.
Mañana: Sebastián Enseñat (II) Un forofo de Tele-5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario