jueves, 11 de agosto de 2011

Sebastián Gayá (II) Único profesor de mallorquín, en la post-guerra.


En diciembre de 1947, es nombrado Canciller Secretario de Cámara y Gobierno del Obispado de Mallorca. En la foto, Gaya, peregrino, un año después.


- E ingresó en La Sapiencia

- El colegio Mayor de Nuestra Señora de la Sapiencia fue fundado por un descendiente de Ramón Llull que era canónigo de la Catedral. Fue un colegio mayor para estudiantes que querían ser sacerdotes. Se entraba por oposición y todos éramos becarios. Entonces éramos doce y nosotros mismos lo regíamos. Cada uno tenía un cargo, democráticamente elegido: rector, bibliotecario, mayordomo, etcétera. Hasta que, en 1937, fui ordenado sacerdote.

- Justo en el comienzo de la Guerra Civil. Mal año eligió usted.

- Yo estaba militarizado. Prestaba servicios en la dirección de Prisiones. Estuve en la secretaría de Capitanía General y en varios destinos.

- ¿Y en la post-guerra?

- En cuanto licenciaron mi quinta, quedé libre, pero estaba muy unido a la juventud. Siendo capellán del Regimiento de Ingenieros, había fundado seis centros de Acción Católica y quedé muy vinculado a aquellos soldados. Aquellos jóvenes impactaron toda mi vida de tal manera que los primeros años de sacerdocio, en cuanto fui licenciado, me incorporé en el Seminario como profesor durante veinte años.

- ¿De qué impartía clases?

- De literatura y de mallorquín. En aquellos tiempos, debía ser el único profesor de esta lengua en la isla y, hasta me atrevería a decir que en toda Catalunya. Le hice ver al Obispo la necesidad que el clero tenía de hablar constantemente el mallorquín en los púlpitos y de saberlo escribir correctamente. Pero no tenía ninguna connotación nacionalista.

- Otros curas de su tiempo no tuvieron igual suerte. Se lo digo por la depuración de la que fue objeto el director de la Capilla Clásica Mallorquina, Juan María Thomás, por hacer cantar en catalán.

- Juan Maria Thomás era un hombre preeminente dentro del campo de la música. Como director, compositor y organista de la catedral, era un personaje muy señorial que tuvo alguna dificultad pero que se resolvió sin que apenas la gente se diera cuenta. De manera que, siendo yo sacerdote y aunque parezca extraño, no sabía nada de esta acusación. Tenía un hermano, Gerardo, que era juez. Y no creo que estuviera involucrado en nada. La cosa venía por sus tendencias catalanistas. Pero el hombre era tan catalanista como yo.

- Fue usted también director y profesor de un colegio.

- De dos al mismo tiempo: Del Luis Vives y del Cervantes. Estaba metido de lleno, porque además de esto, llevaba toda una serie de centros de Jóvenes de Acción Católica, en Palma.

- Y ¿cómo podía abarcar tanto?

- Aquí hay un hombre de 84 años que lo resistió todo y hasta ahora no me han tenido que operar. Teniendo en cuenta, además, que en Cuaresma o en los novenarios que siempre había, me dedicaba diariamente a predicar, y que preparaba los sermones hasta las tres de la madrugada, también yo me pregunto cómo pude abarcar tanto.

Mañana: Sebatián Gayá (III) Canónigo de por vida.

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