- ¿En dónde inició sus trabajos periodísticos?
- En el semanario “Mallorca Deportiva”, en el año 1954. Y, a los meses, comencé en el “Diario de Mallorca”, dirigido entonces por Antonio Sabater. Escribía sobre baloncesto. Luego, pasé al ciclismo, al boxeo y a la lucha libre americana. Este último deporte era todo un acontecimiento que llenaba la Plaza de Toros de Palma. El ring estaba en medio y había sillas en el coso y en las gradas. Todo empezó con el “Catch as can” que se tradujo por lucha libre americana. Hubo algunos mallorquines que se hicieron famosos, como Jim Oliver, que murió. Finalmente, pasé a escribir reportajes y entrevistas, lo que me gustaba más. Durante muchos años, fui crítico de cine y de teatro y articulista diario. El cincuenta por ciento de la reconversión del Diario recayó sobre mí, que siempre estuve en el anonimato. Hice de todo, desde escribir la crónica de la implantación de la rotativa offset hasta barrer la redacción.
- En esa época, además de ser conocido por su trabajo periodístico, lo era por otras facetas.
- Efectivamente, era profesor de Filosofía y Letras, de Inglés y de Lengua, en colegios particulares y en la sección filial del Instituto, en el Seminario, etcétera. Es cuando choqué con Xim Rada, un periodista que procedía de la Escuela de la Iglesia de Pamplona. Al principio, el pobre no tenía ni zorra idea, pero terminó de director. Yo le vi comenzar cuando era un novato y alguna vez tuvimos discusiones éticas. Los últimos años en este diario hacía crítica de cine y teatro al tiempo que colaboraba en la “Hoja del Lunes”. Pero cuál sería mi sorpresa cuando recibí una carta de despido de Xim Rada que había empezado por marcarnos y cambiar nuestro horario de trabajo. Denuncié mi despido y llegamos hasta Sindicatos, en un acto de conciliación previo a la Magistratura. Y, ante mi postura, Xim Rada, retiró la carta, con la excusa de que había sido un error. Hasta que llegó un momento en que me despedí voluntariamente para pasarme a la “Hoja del Lunes”.
- Allí tuvo otros problemas...
- Fue un asunto un poco complicado con el director que había, Gaspar Sabater, que era el redactor jefe del “Día de Baleares”. La directiva anterior se había disuelto y había una comisión gestora en la que estaba incluido. Yo le decía a Gaspi, al director, que tendría un problema porque lo que estaba haciendo era incompatible. “Tú no puedes ser director de La Hoja del Lunes y redactor jefe de El Día”, periódico que sale también los lunes, le repetía en vano. El se excusaba con que tomaba el domingo de descanso en “El Día”, lo que aprovechaba para sacar “La Hoja”. Hasta que un lunes salió un artículo suyo en “La Hoja” y otro, de fondo, en “El Día”, escrito igualmente por él. Firmaba en ambos periódicos que se suponían eran incompetentes. Y la Comisión no tuvo más remedio que destituirlo. Era algo de pura ética. Fue el momento en que me nombraron director de “La Hoja del Lunes”
- Con lo que entra en contacto con el Grupo Serra.
- Efectivamente, cuando cerramos la “Hoja”, sacamos “El Lunes”, de Pedro Serra, una imitación de aquella, puesto que era con la misma gente y la misma redacción. Luego, me hicieron director de “Baleares” hasta que me vine a Madrid.
Mañana (III) Vetos y censuras.
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