Bernardo Rabassa, presidente de Honor y Relaciones Externas del Club Liberal Español, con "La Pepa", el pasado 22 de febrero de 2011.
B. Rabassa. Commodore Madrid F. Leet of Iyfr.
Yate “Libertad”, de Rabassa entre 1973 y 1995. Bautizado con un nombre prohibido en la época franquista y puesto de moda por la canción de Luis Perales.
“Los rotarios y su Fundación Rotaria –dicen en su presentación– propiciaron la comprensión mundial, la paz y la buena voluntad a través del mejoramiento de la salud, el apoyo a la educación y la mitigación de la pobreza. La Fundación es una corporación sin ánimo de lucro que depende enteramente de las contribuciones voluntarias que efectúan los rotarios y benefactores de Rotary, quienes comparten la visión de un mundo mejor”. El mensaje es confirmado por Bernardo Rabassa, quien en el World Commitee of Grants of IYFR (subvenciones), formado por Bryan Skinner, Franco Cavagnaro y por él mismo (quien se abstuvo en la votación), propiciaron que Commodore de la Madrid Fleet of IYFR concediera una subvención de de 1.600 $ al proyecto español presentado por “nuestro Rear Commodore, Carlo D´Amorea”. Con dicha subvención, el proyecto “Navegantes ciegos” recibió una gran ayuda en su campeonato del mundo de vela para discapacitados. Está dirigido por dos regatistas jóvenes, Javier Escalante Pérez y por Amparo Simancas Montero, vendedores del cupón de la ONCE con la vista disminuida en un 90% y acompañados de un guía que les sirve para saber donde están las boyas. Compiten con una embarcación adaptada, la Dam 20 y pertenecen al club TODOS A VELA, creado por ellos para fomentar la participación en las regatas de más discapacitados ciegos.
Esta, como otras iniciativas, son propuestas por Bernardo Rabassa quien demostraba el 19 de margo del año pasado, algo insólito: “Algo debe estar pasando en España cuando, en Cádiz, a sólo 2 años de la celebración del Bicentenario de la Constitución Liberal de Cádiz, “la Pepa”, en la ofrenda floral al Monumento, nos encontramos con más de 3.000 personas en vez de las cincuenta u ochenta que, habitualmente, solían reunirse en esas fechas. Una compañía de infantería de marina con banda de música, dos centenares de personas ataviadas con uniformes de época, de majas y majos de 1812, desfilaron ante nuestros atónitos ojos de liberales, acostumbrados exclusivamente a nuestro propio entusiasmo. Allá estaba la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, además del Presidente del Ateneo, el Presidente del Club Liberal, Enrique García Agulló, los miembros de la Internacional Liberal, con su presidente, Hans Van Baalen, quienes nos dedicaron sendos parlamentos, encomiables por lo vibrante de su tono y su capacidad de entusiasmar, en este caso, a la multitud…”
Diez años antes, le preguntábamos en una entrevista:
- Hablemos sin tapujos, ¿cree usted que hay, en este momento, una verdadera democracia en España?
- En este país, ni existe la democracia total, ni la verdadera democracia. Por la sencilla razón de que, en España, no existe la libertad política. Existe la libertad pero no la política. Tampoco existe una conexión directa entre lo que eliges y tus intereses.
- ¿En qué se diferencia su forma de pensar con la de García Trevijano?
- He leído con mucho interés su último libro “La gran mentira” y estoy en un noventa y nueve de acuerdo con él. Me parece un análisis muy lúcido de la realidad política española y europea. Otra cosa es que yo esté plenamente de acuerdo con el personaje. A mí me parece una persona sumamente lúcida, pero sus actitudes y las mías no son estrictamente las mismas. Yo soy bastante más moderado, menos radical, organizo plataformas, monto documentos e intento ayudar.
- ¿A qué se dedica el Club Rotary, del que fue varias veces Presidente?
- El Rotary es una organización que, al estilo de la Cruz Roja internacional o la Unicef, se dedica a hacer el bien a los otros. Se trata de una idea de un americano, Paul Harris, que reúne a personas que no están juntas por intereses corporativos porque son profesiones diferentes y tienen en común la amistad. Es una amistad que no tiene intereses corporativos. Este club reúne a varios cientos de profesionales de distintas ramas y aprovecha su dinámica interna en favor de terceras personas. Puede enfocar sus programas a nivel mundial, como el Polio Club, por el que vacunamos a todos los niños del mundo contra la Polio. Es un gran invento de la sociedad civil y de la dinámica de grupos. En el mundo hay cerca de un millón y medio de Rotarios y cerca de diez mil Clubs.
- Se dice que el Rotary Club fue relanzado por un mallorquín.
- En efecto, fue relanzado por un mallorquín excepcional llamado Jaime Enseñat. Su hijo, Sebastián, como él, mantuvo viva en España una organización llamada Arte y Turismo que se dedicaba a representar el Club Rotary en España, en la época del franquismo. Después del año 75, una vez autorizada esta sociedad, creamos el Rotary en Madrid del que soy miembro fundador. Al primer club, el Madrid Palace, le siguieron otros, como el Puerta de Hierro, del que fui presidente durante un año, el Madrid Zarzuela, Madrid Serrano y otros en Barcelona y en toda España. Con el Club Madrid Velázquez del que también fui presidente, terminamos con la discriminación de la mujer.
- Usted preside igualmente la Sociedad Española de Directivos de Empresa
- Esa es otra organización que tenemos de directivos de “managers”.
- ¿Siente usted vocación por la sociedad civil?
- Yo soy laico en mis planteamientos personales y profesionales, y desarrollo una gran actividad. Por eso digo que soy fácil de convencer. En cuanto me cuentan una película que me parece de interés, enseguida me dejo tentar. Y, desde que me sale el pelo blanco, me nombran presidente de lo que sea. De esta manera, me hacen currar como un loco.
Mañana: (y VII) Desde Madrid, echo de menos Mallorca.
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