Bernardo Rabassa, en Mallorca, en el 2000.
Tiene un pie en cada isla: su padre, alférez provisional en la guerra, es mallorquín y su madre, ibicenca. Bernardo Rabassa es oriundo de Palma de Mallorca, en donde nace, en 1941, y cuenta con cinco hermanos más. Se casa con una mallorquina a quien conoce cuando estudia la carrera de magisterio y tienen cuatro hijos. Hoy, sigue tan enamorado de ella como el primer día. Bernardo siempre ha sido una persona constante, trabajadora y lo que más le ha importado en esta vida ha sido el estar satisfecho con todo que hace. Asegura que nunca le ha atraído poseer muchos ingresos, sino realizar todo aquello que le llena y le hace sentir bien.
En sus inicios profesionales, fue inspector de Enseñanza Primaria y secretario de la Sociedad Española de Pedagogía en Baleares. Se doctoró y diplomó en Sicología. Fue fundador de Bernard Krief y del Instituto dedicado a la investigación de mercados, así como del Libro Blanco. Fue creador del mismo y escribió varios centenares. Representante en España de la Internacional Liberal, creó la Asociación para el Desarrollo Político, Social y Cultural de las Baleares. Fundó el Partido Liberal de Mallorca y fue secretario y el primer presidente, a nivel nacional, de Organización del Centro Democrático que más tarde se convertiría en la UCD de Adolfo Suárez. Ha presidido en tres ocasiones el Club Rotay. Las dos primeras veces, el C. R. de España. La tercera, el de Madrid-Puerta de Hierro, en el 2008. Se acaba de jubilar, con 69 años. La entrevista que sigue se la hicimos a finales de 1999.
- En su juventud, ejerce usted de maestro en Mallorca. Pero, llegado cierto momento, supongo que la isla se le volvió pequeña.
- Desde el punto de vista de la investigación, en Mallorca, en los años cincuenta y sesenta, no había nada que hacer. Ni había facultades, ni Universidad, ni nada. Mis posibilidades estaban sólo en el campo del turismo. Tampoco tenía una economía familiar que me permitiera invertir en nada. Mi familia no tenía ni un duro. Yo había estudiado Magisterio en la isla en donde mi padre y un tío mío ejercieron de maestros de escuela. Mi padre, un hombre muy preocupado que luchó toda su vida haciendo cosas, era el director de la Escuela de Formación Profesional. Montó el Estudio General Luliano y la cátedra Ramón Llull y vivía de su salario. Lo último que hizo fue la Asociación de los Molinos de Mallorca y la Cofradía del Arroz.
- Así que, obligado por las circunstancias, abandona usted la isla muy pronto.
- En 1960, trabajé en la Inspección de Enseñanza Primaria en Palma. Estuve en la Escuela Unitaria de Puigpunyent y en la Graduada de Jaime I. Con sólo 18 años, me habían hecho secretario de la Sociedad Española de Pedagogía en Baleares. Era una persona más preocupada por el tema de la Investigación que por la Enseñanza. Y se me ocurrió hacer una encuesta sobre los niños sin familia en las Baleares que envié a la revista Bordón, de la Sociedad Española de Pedagogía en el Consejo Superior de Investigaciones No sólo me la publicaron sino que me invitaron al primer congreso nacional como ponente. De manera que, obligado por las circunstancias profesionales, me vi obligado a emigrar a Madrid.
- Instalado en la capital de España ¿qué es lo primero que monta?
- A los 24 años, trabajo como free lance y, en l965, fundo Bernard Krief y el Instituto dedicado a la investigación de mercados. Desde el año 1982, me pongo al frente de Bernard Krief, que incluye un gabinete de estudios sociológicos, una agencia de promoción de ventas y relaciones públicas y otra de recursos humanos. Las tres compañías se dedican a hacer programas basados en el concepto de marketing social o programas de interés público.
- ¿Qué es el marketing social?
- Una filosofía basada en el concepto de que hay que centrar la acción de comunicación en temas que son de interés socio profesional del segmento objetivo del mercado.
- ¿Y qué tiene esto que ver con el nombre de Bernard Krief?
- Bernard Krief, consultores para Europa, se funda en 1959, en Francia. Se trata de un francés, socio mío al que le vendí parte de la compañía. Yo soy nombrado director general de la compañía en Italia; vicepresidente de Sureuropa; luego, de Latinoamérica. Hasta que me quedo con el cien por cien de la compañía española. Soy presidente y, a partir de ese momento, la expando al Brasil y a Italia. Ahora estoy en un proceso de expansión internacional.
Fundador del Libro Blanco.
En sus inicios profesionales, fue inspector de Enseñanza Primaria y secretario de la Sociedad Española de Pedagogía en Baleares. Se doctoró y diplomó en Sicología. Fue fundador de Bernard Krief y del Instituto dedicado a la investigación de mercados, así como del Libro Blanco. Fue creador del mismo y escribió varios centenares. Representante en España de la Internacional Liberal, creó la Asociación para el Desarrollo Político, Social y Cultural de las Baleares. Fundó el Partido Liberal de Mallorca y fue secretario y el primer presidente, a nivel nacional, de Organización del Centro Democrático que más tarde se convertiría en la UCD de Adolfo Suárez. Ha presidido en tres ocasiones el Club Rotay. Las dos primeras veces, el C. R. de España. La tercera, el de Madrid-Puerta de Hierro, en el 2008. Se acaba de jubilar, con 69 años. La entrevista que sigue se la hicimos a finales de 1999.
- En su juventud, ejerce usted de maestro en Mallorca. Pero, llegado cierto momento, supongo que la isla se le volvió pequeña.
- Desde el punto de vista de la investigación, en Mallorca, en los años cincuenta y sesenta, no había nada que hacer. Ni había facultades, ni Universidad, ni nada. Mis posibilidades estaban sólo en el campo del turismo. Tampoco tenía una economía familiar que me permitiera invertir en nada. Mi familia no tenía ni un duro. Yo había estudiado Magisterio en la isla en donde mi padre y un tío mío ejercieron de maestros de escuela. Mi padre, un hombre muy preocupado que luchó toda su vida haciendo cosas, era el director de la Escuela de Formación Profesional. Montó el Estudio General Luliano y la cátedra Ramón Llull y vivía de su salario. Lo último que hizo fue la Asociación de los Molinos de Mallorca y la Cofradía del Arroz.
- Así que, obligado por las circunstancias, abandona usted la isla muy pronto.
- En 1960, trabajé en la Inspección de Enseñanza Primaria en Palma. Estuve en la Escuela Unitaria de Puigpunyent y en la Graduada de Jaime I. Con sólo 18 años, me habían hecho secretario de la Sociedad Española de Pedagogía en Baleares. Era una persona más preocupada por el tema de la Investigación que por la Enseñanza. Y se me ocurrió hacer una encuesta sobre los niños sin familia en las Baleares que envié a la revista Bordón, de la Sociedad Española de Pedagogía en el Consejo Superior de Investigaciones No sólo me la publicaron sino que me invitaron al primer congreso nacional como ponente. De manera que, obligado por las circunstancias profesionales, me vi obligado a emigrar a Madrid.
- Instalado en la capital de España ¿qué es lo primero que monta?
- A los 24 años, trabajo como free lance y, en l965, fundo Bernard Krief y el Instituto dedicado a la investigación de mercados. Desde el año 1982, me pongo al frente de Bernard Krief, que incluye un gabinete de estudios sociológicos, una agencia de promoción de ventas y relaciones públicas y otra de recursos humanos. Las tres compañías se dedican a hacer programas basados en el concepto de marketing social o programas de interés público.
- ¿Qué es el marketing social?
- Una filosofía basada en el concepto de que hay que centrar la acción de comunicación en temas que son de interés socio profesional del segmento objetivo del mercado.
- ¿Y qué tiene esto que ver con el nombre de Bernard Krief?
- Bernard Krief, consultores para Europa, se funda en 1959, en Francia. Se trata de un francés, socio mío al que le vendí parte de la compañía. Yo soy nombrado director general de la compañía en Italia; vicepresidente de Sureuropa; luego, de Latinoamérica. Hasta que me quedo con el cien por cien de la compañía española. Soy presidente y, a partir de ese momento, la expando al Brasil y a Italia. Ahora estoy en un proceso de expansión internacional.
Fundador del Libro Blanco.
- Pero usted no era, en principio, empresario, sino Maestro de escuela. ¿Cómo llega a este cambio?
- Al mismo tiempo que desarrollaba mi trabajo de enseñante en Mallorca, estudiaba Pedagogía como alumno libre en la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona y hacía mi tesis sobre “Sociometría y Técnica de Sicoterapia de Grupo” que resultó otro éxito de público y crítica. Cuando acabo la licenciatura, quiero hacer el doctorado y la diplomatura en Sicología. Para ello, me traslado a Madrid, en 1963, y la empresa Eco me envía a Bilbao a hacer una encuesta industrial. Me preguntaron si era capaz de trabajar en el mundo de la investigación de mercados. Me dijeron que había mucho que hacer desde el punto de vista de la Sicología aplicada al mundo del Márketing. Y me contratan como free lance. Empiezo a escribir sobre las primeras aplicaciones y las primeras investigaciones de tipo cualitativo que se hacían en España, aplicando la sicología al mercado. Eso duró como tres años en los que fui nombrado jefe del Departamento de Estudios Cualitativos de Eco y jefe de un departamento de Estudios en una Agencia de Publicidad, trabajando en temas de siquiatría aplicada al mercado. Creamos una empresa que se llamaba “Motiv Investigation” y publicamos un libro en el 66 sobre sicotecnología publicitaria.
- ¿Lleva la cuenta de todos sus libros publicados?
- Libros profesionales que luego se utilizaron en facultades tengo cinco. Pero, en los años 70, creamos un concepto que llamamos “Libro Blanco”. Es una idea que tengo registrada a mi nombre. Viene del concepto inglés “The red book”, utilizado por la diplomacia del Foreing Office para hacer un estado de la cuestión o de situación de estos temas. En la actualidad, tengo ciento cincuenta Libros Blancos escritos. Tras trabajar varios años fuera de España, me centré en Madrid para trabajar en Bernard Krief en el mundo de lo que yo llamo marketing social, filosofía social del mercado. Siempre me interesó y me seguía interesando el tema social de fondo que había detrás de algunas cosas. Comencé a hacer trabajos de investigación que tienen como soporte un tema de interés público de comunicación social. Y, tras este tipo de trabajos, escribí un libro sobre Marketing Social. La base era realizar libros blancos y fui el creador del concepto y de la marca “Libro Blanco”. Uno de los temas era sobre reumatología con un fin: que esta área se hiciese fuerte. Observé que eran necesarias técnicas de formación a distancia dentro de este campo y las creé. Todo esto supuso formación durante cuatro o cinco años en reumatología a los profesionales en reumatología, fuera de la facultad y en su puesto de trabajo. Recopilamos textos de reumatólogos, y al año hicimos más de cien seminarios. Creamos como un sistema de contacto, un network, el médico va recibiendo noticias a través del cliente.
-¿En cuantos idiomas escribe?
- Desgraciadamente, sólo en español. Pero hablo y comprendo todos los idiomas latinos: italiano, portugués, francés, castellano y catalán, con sus variantes, valenciano y balear. Hablo perfectamente el mallorquín, pero no tengo una calidad de expresión como la puedo tener en castellano.
- Junto con otro mallorquín llamado Forteza, usted y otras personas, crean la Facultad de Sicología en la Universidad de Madrid.
- Estuve allí unos doce años. Fui el primer profesor de Sicología del Arte y de Sicología Social. Hasta que lo dejé para dedicarme al tema internacional de la compañía Krief.
(En la actualidad, Bernardo Rabassa tiene escritos unos 450 libros, la mayoría de ellos corresponden a Libros Blancos)
Un liberal cien por cien.
- En la democracia, con el duque de Maura, Durán y otros, fundan ustedes el Partido Liberal de Mallorca ¿Cómo vivió esta experiencia?
- Desde el año 68, estuve en la lucha contra el franquismo. En 1972, fundamos el “Club 1980”, un club de reflexión en el que estaban metidos personajes como Paulino Garagorri, Paco Fernández Ordóñez, Enrique Larroque, el mismo Ramiro Pérez Maura y otras gentes, desde la social democracia al liberalismo. De este club nació, en 1974, la Agrupación Liberal Democrática, la primera organización política que se presenta como tal aún en vida de Franco. Después, sale también el Club Liberal, con Joaquín Garrigues, y hay un movimiento más de tipo liberal que lo preside Satrústegui. Los tres nos movemos antes de llegar la transición. Y, en 1976, creamos el Partido Liberal cuyo secretario general era yo. Una evaluación mía de lo que eran las posibilidades del mercado político me lleva a la idea de lanzar el Centro Democrático que se patentiza, en abril de ese mismo año, por parte de Enrique Larroque. Fui el primer presidente de organización. Presenté este partido, que financié de mi bolsillo, en el teatro Principal de Alicante. Pertenecíamos a la Platajunta, elaboramos todo el pacto de la oposición y participamos en los llamados Documentos Ollero que fueron los que relacionaron la Corona con la oposición democrática. Todo ello permitió la amnistía a presos políticos y los famosos Pactos de la Moncloa. El presidente era José María de Areilza, pero estábamos en conversación con Suárez para que lo presidiera él. Luego, al entrar éste, cambió la estructura del Centro y los Liberales, en las elecciones del 77, decidimos no ir, salvo algunas excepciones. La invasión de los azules no nos parecía suficientemente democrática. No estábamos de acuerdo con la estructura de partido único que quería darle Adolfo Suárez, sino que queríamos tener nuestros partidos claramente diferenciados entre social demócratas, liberales y democristianos. Suárez no quiso y puso la U al C. D., formando la UCD.
- Pero, en 1979, se presentan ustedes a las elecciones generales.
- Efectivamente, nos presentamos como independientes. Fui candidato número uno por Madrid pero sólo conseguimos 90.000 votos y nos dimos un zapatazo mortal. Ya sabía que había una confusión enorme en torno al término liberal, considerado por unos de izquierdista y por otros de derechista. En estos momentos, había en España un problema alarmante de incultura política. Por mi parte, me busqué una relación con Joaquín Garrigues y creamos la operación de los Clubs Liberales, entre los cuales se creó el de Palma de Mallorca. Yo era, entonces, el representante en España de la Internacional Liberal. Es el momento en que Joaquín enferma de leucemia. Curiosamente, me despido de él un día antes de irme de vacaciones a Cuba, manteniendo con él una conversación política. Dos días después, moría.
- En resumen, que su grupo se quedó huérfano.
- Así es. Y nos dedicamos a buscar un autor para lanzarlo en la política. Este fue Antonio Garrigues. Luego, creamos la operación Club Liberales, ya más amplia, en donde entró Eduardo Punset, Merigó y otros. Esa operación, el Club se transforma en el Partido Demócrata Liberal y, por un error, se va a las elecciones municipales de Madrid y se pierden. Incluso habíamos negociado con la UCD, en el momento en que se produce la debacle, la posibilidad de ir juntos, dándole forma liberal a este partido. Todo se estropea y nos quedamos colgados hasta que aparece la operación reformista a la que los Liberales nos sumamos. Fui secretario Federal con Miguel Roca y ahí experimentamos otro patinazo. Nadie entiende nada y, al final, llega el fracaso. Luego pasamos a una actitud de stand by en la que yo presido la Asociación Jovellanos y la Fundación Foro. De hecho, trabajamos, uniendo fundaciones y asociaciones para que las Sociedades Liberales se mantengan en España.
Un republicano nato
- El concepto liberal ¿es de derechas, de izquierdas o de centro?
- Yo creo que es de izquierdas sociológicas e intelectuales. Pero tiene una situación algo compleja. En el mundo, se diga lo que se diga, sólo hay un sistema, corregido y lo que quieras, pero uno sólo. Nosotros nos sentimos herederos de los Liberales españoles que, en España, vienen de la influencia y Revolución francesa y que son laicos, antimonopolio, y defensores de los derechos humanos. Son los Liberales españoles quienes hacen la Constitución Liberal de Cádiz y quienes luchan contra el absolutismo de Fernando VII y luego se pasan a Isabel II para combatir contra los Carlistas, los rácanos de entonces. Hay un partido conservador y otro liberal, representados por Sagasta y Cánovas. Los Liberales entran en el siglo XX con una situación provocada por las ideas marxistas que plantean que puede haber un nuevo sistema político. Y se crea la revolución marxista, las Internacionales Socialistas y Comunistas, los partidos socialistas... Todo lo cual fracasa, como se ha demostrado a lo largo del siglo XX. En España, los Liberales Giner de los Ríos, Ortega, Azaña, etcétera, integrados en las escuelas de la Institución Libre de la Enseñanza, iluminados por la filosofía de Krauss, somos republicanos, antimonárquicos, y pensamos en la idea de europeizar España. Este liberalismo español, de honda raigambre antisistema ante una España caciquil, se ve absolutamente abrasado por la Dictadura que nos dejó fuera de juego. Conozco a Salvador de Madariaga quien, con sus ideas, me hace aproximarme a él. Trabajo con empresas de todo el mundo y no tengo mucho tiempo para la política, pero sí pienso que esto tiene que cambiar e ir en esa línea. No es que nosotros creamos que el centro sea nuestra posición. Lo que pasa es que, políticamente, era lo único que la gente podía entender. De hecho, la imagen que se tenía de los Liberales en España era la de unos diablos con cola y la de unos rojos perdidos. Otros creían que eran carcas del siglo pasado. Con lo cual el problema era muy difícil de resolver. Con el aumento de la cultura política, el Liberalismo se ha estado viendo como algo más, como una posición política dialogante.
- ¿Pero son o no son monárquicos los liberales?
- Depende. Unos sí, y otros no. Yo no lo soy. Soy republicano, pero cada cual es como es. No es que esté contra Juan Carlos, que a mí me parece una persona que ha hecho muchísimo por la democracia en España, pero sí en contra de que haya una discriminación desde la cuna para los españoles. Si al menos la monarquía fuera electiva...
Cofundador de El País.
En la foto, Bernardo Rabassa, en 1998, presidiendo el Foro Jovellanos, con todo el Gobierno del PP. El Foro Jovellanos es una Fundación fruto de la fusión de la Fundación Foro, creada por Eduardo Punset, en 1992, cuyo objetivo era la Innovación Social, y la Asociación Jovellanos, creada en 1995 para agrupar a los liberales españoles, carentes, por los avatares de la Transición, de un partido específico desde el que presentar sus propuestas a la sociedad española.
- ¿Es usted antisistema?
- Bastante. Voté en su día contra la Constitución porque me pareció insuficiente. Igual que ahora estoy en contra del sistema actual de partidos políticos. Y estamos trabajando para que esto cambie porque la democracia se ha consolidado pero los partidos políticos tienen una ley electoral que es una estafa a la opinión pública y a la democracia. El sistema d'Hondt no es representativo y las listas cerradas han creado un sistema de partidos políticos oligárquicos sin ninguna democracia. Todo lo cual se tiene que sustituir por un sistema mixto y proporcional más directo donde los diputados se acerquen a la gente. Existe un márketing excesivo de los partidos por la ocupación del Poder, lo que les lleva a gastarse mucho dinero y a la corrupción. No es que los partidos políticos la hayan fomentado, pero estos, al tener ese sistema, son la causa última de la corrupción. Porque para conseguir dinero hay que tener intermediarios. Estos cobran comisiones y siempre hay algún espabilado que pasa por ahí y se mete el dinero en el bolsillo. Y así, se arma el Cristo. La corrupción es la consecuencia de un sistema. Y no sólo esto, sino que les lleva a introducirse en la sociedad civil y a controlar lo que no deberían, como la Justicia, la Televisión Española, las Cajas de Ahorro, los Medios de Comunicación, etcétera. Y repiten su esquema. Todo lo cual genera una enorme ineficacia.
- Tengo entendido que fue usted uno de los fundadores de El País.
- El País se creó gracias a un grupo de personas liberales que fueron atraídas por José Ortega Spottorno para montar un periódico liberal. Pero luego se hizo un periódico socialista. Pusimos el grito en el cielo, pero no nos hicieron caso. La mayoría lo dejó. Aquello empezó a crecer y, de vez en cuando, me mandaban acciones que tiraba a la basura. Hasta que lanzaron Canal Plus. Le dije al Consejo que se las apañara, que no quería tener más acciones, que me las comprara. Entonces comenzaron a sacar papeles y comprobé que tenía acciones a punta pala. Y yo sin enterarme. Me llegaron a pagar muchos millones, a 900 por cien, sin yo esperarlo. Esto siempre pasa cuando uno no se ocupa de los asuntos personales en lo económico. Yo, por ejemplo, no tengo ningún dinero en bolsa porque sólo por no recibir las toneladas de cartas de las compañías que me informan de las ampliaciones, no pongo un duro en bolsa. No sé si dejaré de ganar dinero, pero los quebraderos de cabeza que me ahorran y la ocupación que me evita el no estar al corriente de ello, bien vale la pena.
La libertad política no existe.
“Los rotarios y su Fundación Rotaria –dicen en la presentación de la misma– propiciaron la comprensión mundial, la paz y la buena voluntad a través del mejoramiento de la salud, el apoyo a la educación y la mitigación de la pobreza. La Fundación es una corporación sin ánimo de lucro que depende enteramente de las contribuciones voluntarias que efectúan los rotarios y benefactores de Rotary, quienes comparten la visión de un mundo mejor”. El mensaje es confirmado por Bernardo Rabassa, quien en el World Commitee of Grants of IYFR (subvenciones), formado por Bryan Skinner, Franco Cavagnaro y por él mismo (quien se abstuvo en la votación), propiciaron que Commodore de la Madrid Fleet of IYFR concediera una subvención de de 1.600 $ al proyecto español presentado por “nuestro Rear Commodore, Carlo D´Amorea”. Con dicha subvención, el proyecto “Navegantes ciegos” recibió una gran ayuda en su campeonato del mundo de vela para discapacitados. Está dirigido por dos regatistas jóvenes, Javier Escalante Pérez y por Amparo Simancas Montero, vendedores del cupón de la ONCE con la vista disminuida en un 90% y acompañados de un guía que les sirve para saber donde están las boyas. Compiten con una embarcación adaptada, la Dam 20 y pertenecen al club TODOS A VELA, creado por ellos para fomentar la participación en las regatas de más discapacitados ciegos.
Esta, como otras iniciativas, son propuestas por Bernardo Rabassa quien demostraba el 19 de margo del año pasado, algo insólito: “Algo debe estar pasando en España cuando, en Cádiz, a sólo 2 años de la celebración del Bicentenario de la Constitución Liberal de Cádiz, “la Pepa”, en la ofrenda floral al Monumento, nos encontramos con más de 3.000 personas en vez de las cincuenta u ochenta que, habitualmente, solían reunirse en esas fechas. Una compañía de infantería de marina con banda de música, dos centenares de personas ataviadas con uniformes de época, de majas y majos de 1812, todo ellas desfilaron ante nuestros atónitos ojos de liberales, acostumbrados exclusivamente a nuestro propio entusiasmo. Allá estaba la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, además del Presidente del Ateneo, el Presidente del Club Liberal, Enrique García Agulló, los miembros de la Internacional Liberal, con su presidente, Hans Van Baalen, quienes nos dedicaron sendos parlamentos, encomiables por lo vibrante de su tono y su capacidad de entusiasmar, en este caso, a la multitud…”
Diez años antes, le preguntábamos en la entrevista que le hacíamos:
- Hablemos sin tapujos, ¿cree usted que hay, en este momento, una verdadera democracia en España?
- En este país, ni existe la democracia total, ni la verdadera democracia. Por la sencilla razón de que, en España, no existe la libertad política. Existe la libertad pero no la política. Tampoco existe una conexión directa entre lo que eliges y tus intereses .
- ¿En qué se diferencia su forma de pensar con la de García Trevijano?
- He leído con mucho interés su último libro “La gran mentira” y estoy en un noventa y nueve de acuerdo con él. Me parece un análisis muy lúcido de la realidad política española y europea. Otra cosa es que yo esté plenamente de acuerdo con el personaje. A mí me parece una persona sumamente lúcida, pero sus actitudes y las mías no son estrictamente las mismas. Yo soy bastante más moderado, menos radical, organizo plataformas, monto documentos e intento ayudar.
- ¿A qué se dedica el Club Rotary, del que fue varias veces Presidente?
- El Rotary es una organización que, al estilo de la Cruz Roja internacional o la Unicef, se dedica a hacer el bien a los otros. Se trata de una idea de un americano, Paul Harris, que reúne a personas que no están juntas por intereses corporativos porque son profesiones diferentes y tienen en común la amistad. Es una amistad que no tiene intereses corporativos. Este club reúne a varios cientos de profesionales de distintas ramas y aprovecha su dinámica interna en favor de terceras personas. Puede enfocar sus programas a nivel mundial, como el Polio Club, por el que vacunamos a todos los niños del mundo contra la Polio. Es un gran invento de la sociedad civil y de la dinámica de grupos. En el mundo hay cerca de un millón y medio de Rotarios y cerca de diez mil Clubs.
- Se dice que el Rotary Club fue relanzado por un mallorquín.
- En efecto, fue relanzado por un mallorquín excepcional llamado Jaime Enseñat. Su hijo, Sebastián, como él, mantuvo viva en España una organización llamada Arte y Turismo que se dedicaba a representar el Club Rotary en España, en la época del franquismo. Después del año 75, una vez autorizada esta sociedad, creamos el Rotary en Madrid del que soy miembro fundador. Al primer club, el Madrid Palace, le siguieron otros, como el Puerta de Hierro, del que fui presidente durante un año, el Madrid Zarzuela, Madrid Serrano y otros en Barcelona y en toda España. Con el Club Madrid Velázquez del que también fui presidente, terminamos con la discriminación de la mujer.
- Usted preside igualmente la Sociedad Española de Directivos de Empresa
- Esa es otra organización que tenemos de directivos de “managers”.
- ¿Siente usted vocación por la sociedad civil?
- Yo soy laico en mis planteamientos personales y profesionales, y desarrollo una gran actividad. Por eso digo que soy fácil de convencer. En cuanto me cuentan una película que me parece de interés, enseguida me dejo tentar. Y, desde que me sale el pelo blanco, me nombran presidente de lo que sea. De esta manera, me hacen currar como un loco.
Desde Madrid, echo de menos Mallorca.
Amante de Mallorca, su tierra natal, y de las antigüedades, Rabassa se considera una persona “pragmática, y con visión de futuro”. De hecho él fue quien, en su momento, ideó lo que hoy es el recinto ferial IFEMA de Madrid. Asegura que, cuando se pensó en hacer un recinto ferial, “no servía de nada hacerlo en la Casa de Campo. Quizás para ese momento sí, pero no para que tuviese éxito en treinta años”. Y así fue: IFEMA supera en visitas al recinto ferial de Barcelona y se ha convertido en todo un referente. Considera que la vida tiene sentido y que uno, al mirarse al espejo todas las mañanas, debe sentirse satisfecho. “Lo importante –sentencia– es mirarse y no sentir vergüenza. Considero que, en mi vida, he actuado de forma inteligente, aunque, como todo el mundo, en alguna ocasión he cometido mis errores, pero estoy tranquilo porque jamás me he aprovechado de las circunstancias y jamás me he llevado ni querido llevar comisión alguna”.
Bernardo Rabassa Asenjo, presidente del Rotary Club Madrid Puerta de Hierro en el 2009, presidente honorario Club Liberal Español y Fundación FIECS, recuerda Mallorca, en este último capítulo, donde naciera. Reitera que ha tenido y tiene una gran actividad. “Hemos publicado libros, realizado conferencias y otorgado premios a personalidades: Premios Hayek, Premio Libertad, Premio 1812. En la actualidad, también colaboro en diarios como columnista en diversos medios y soy el presidente del diario “Periódico Liberal, El Reformista”. En la última ocasión que nos entrevistamos con él, le preguntábamos.
- Pero, ¿tiene usted tiempo de descansar, de vez en cuando?
- Sí, descanso. Pero tengo muchas aficiones y, esencialmente, lo que más me gusta es pescar en el mar y en los ríos. Soy un buen pescador de truchas. A partir de marzo hasta junio voy, cada fin de semana, a pescar a algún río. De septiembre a diciembre, salgo al mar a pescar atunes. Tengo un barco en Javea. He tenido tantos problemas con los transportes en Mallorca que, al final, decidí comprarme un “llaut” grande en la costa alicantina. Lo que no quiere decir que, de vez en cuando, no vuelva a Mallorca. El año pasado, por ejemplo, estuve dando la vuelta a la isla y, durante varios años, fui allí de vacaciones.
- ¿Nunca tuvo usted la tentación de volver definitivamente a su isla?
- La verdad es que, con los años, el atractivo y la necesidad de regresar a la “roqueta” fueron muy fuertes. Yo he pasado mis veranos haciendo cosas por la isla. En los años sesenta, creé la Asociación para el Desarrollo Político, Social y Cultural de las Baleares, implicando a la Fundación Dragán, la Cámara de Comercio, las Cajas de Ahorros y al movimiento sindical de entonces. Contábamos hasta setecientas personas, y buscábamos una alternativa a lo que era exclusivamente el monocultivo del turismo. Pensábamos que podía haber otro tipo de industrias que se podrían establecer allí. El turismo era como principal “leiv motiv” pero buscábamos, al mismo tiempo, un amarre por si acaso, en el momento en que las cosas podían venir mal dadas. Por otra parte, hice otras actividades por Mallorca. Por ejemplo, fui presidente del Hogar Balear en Madrid en el que conseguimos tener unos setecientos miembros.
- ¿La echa mucho de menos?
- Mallorca siempre se echa mucho de menos. Es como algo enquistado en tu ser.
- ¿En donde le gustaría que le enterraran?
- Quisiera que me incineraran y que echaran mis cenizas en el mar. Todo ello está previsto, a mi muerte. Siempre sería mejor en el mar de Mallorca pero habrá que ver en dónde se puede hacer con más facilidad. Ayer salimos dos barcos a esparcir las cenizas de un amigo que así lo había pedido antes de morir. No pudimos salir muy lejos porque hacía muy mal tiempo. Pero, parece que ya se montan empresas para eso.
(Próximamente: Octavio Aguilera Perelló, doctor de Ciencias de la Información en la Facultad de la Universidad Complutense.)
“Los rotarios y su Fundación Rotaria –dicen en la presentación de la misma– propiciaron la comprensión mundial, la paz y la buena voluntad a través del mejoramiento de la salud, el apoyo a la educación y la mitigación de la pobreza. La Fundación es una corporación sin ánimo de lucro que depende enteramente de las contribuciones voluntarias que efectúan los rotarios y benefactores de Rotary, quienes comparten la visión de un mundo mejor”. El mensaje es confirmado por Bernardo Rabassa, quien en el World Commitee of Grants of IYFR (subvenciones), formado por Bryan Skinner, Franco Cavagnaro y por él mismo (quien se abstuvo en la votación), propiciaron que Commodore de la Madrid Fleet of IYFR concediera una subvención de de 1.600 $ al proyecto español presentado por “nuestro Rear Commodore, Carlo D´Amorea”. Con dicha subvención, el proyecto “Navegantes ciegos” recibió una gran ayuda en su campeonato del mundo de vela para discapacitados. Está dirigido por dos regatistas jóvenes, Javier Escalante Pérez y por Amparo Simancas Montero, vendedores del cupón de la ONCE con la vista disminuida en un 90% y acompañados de un guía que les sirve para saber donde están las boyas. Compiten con una embarcación adaptada, la Dam 20 y pertenecen al club TODOS A VELA, creado por ellos para fomentar la participación en las regatas de más discapacitados ciegos.
Esta, como otras iniciativas, son propuestas por Bernardo Rabassa quien demostraba el 19 de margo del año pasado, algo insólito: “Algo debe estar pasando en España cuando, en Cádiz, a sólo 2 años de la celebración del Bicentenario de la Constitución Liberal de Cádiz, “la Pepa”, en la ofrenda floral al Monumento, nos encontramos con más de 3.000 personas en vez de las cincuenta u ochenta que, habitualmente, solían reunirse en esas fechas. Una compañía de infantería de marina con banda de música, dos centenares de personas ataviadas con uniformes de época, de majas y majos de 1812, todo ellas desfilaron ante nuestros atónitos ojos de liberales, acostumbrados exclusivamente a nuestro propio entusiasmo. Allá estaba la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, además del Presidente del Ateneo, el Presidente del Club Liberal, Enrique García Agulló, los miembros de la Internacional Liberal, con su presidente, Hans Van Baalen, quienes nos dedicaron sendos parlamentos, encomiables por lo vibrante de su tono y su capacidad de entusiasmar, en este caso, a la multitud…”
Diez años antes, le preguntábamos en la entrevista que le hacíamos:
- Hablemos sin tapujos, ¿cree usted que hay, en este momento, una verdadera democracia en España?
- En este país, ni existe la democracia total, ni la verdadera democracia. Por la sencilla razón de que, en España, no existe la libertad política. Existe la libertad pero no la política. Tampoco existe una conexión directa entre lo que eliges y tus intereses .
- ¿En qué se diferencia su forma de pensar con la de García Trevijano?
- He leído con mucho interés su último libro “La gran mentira” y estoy en un noventa y nueve de acuerdo con él. Me parece un análisis muy lúcido de la realidad política española y europea. Otra cosa es que yo esté plenamente de acuerdo con el personaje. A mí me parece una persona sumamente lúcida, pero sus actitudes y las mías no son estrictamente las mismas. Yo soy bastante más moderado, menos radical, organizo plataformas, monto documentos e intento ayudar.
- ¿A qué se dedica el Club Rotary, del que fue varias veces Presidente?
- El Rotary es una organización que, al estilo de la Cruz Roja internacional o la Unicef, se dedica a hacer el bien a los otros. Se trata de una idea de un americano, Paul Harris, que reúne a personas que no están juntas por intereses corporativos porque son profesiones diferentes y tienen en común la amistad. Es una amistad que no tiene intereses corporativos. Este club reúne a varios cientos de profesionales de distintas ramas y aprovecha su dinámica interna en favor de terceras personas. Puede enfocar sus programas a nivel mundial, como el Polio Club, por el que vacunamos a todos los niños del mundo contra la Polio. Es un gran invento de la sociedad civil y de la dinámica de grupos. En el mundo hay cerca de un millón y medio de Rotarios y cerca de diez mil Clubs.
- Se dice que el Rotary Club fue relanzado por un mallorquín.
- En efecto, fue relanzado por un mallorquín excepcional llamado Jaime Enseñat. Su hijo, Sebastián, como él, mantuvo viva en España una organización llamada Arte y Turismo que se dedicaba a representar el Club Rotary en España, en la época del franquismo. Después del año 75, una vez autorizada esta sociedad, creamos el Rotary en Madrid del que soy miembro fundador. Al primer club, el Madrid Palace, le siguieron otros, como el Puerta de Hierro, del que fui presidente durante un año, el Madrid Zarzuela, Madrid Serrano y otros en Barcelona y en toda España. Con el Club Madrid Velázquez del que también fui presidente, terminamos con la discriminación de la mujer.
- Usted preside igualmente la Sociedad Española de Directivos de Empresa
- Esa es otra organización que tenemos de directivos de “managers”.
- ¿Siente usted vocación por la sociedad civil?
- Yo soy laico en mis planteamientos personales y profesionales, y desarrollo una gran actividad. Por eso digo que soy fácil de convencer. En cuanto me cuentan una película que me parece de interés, enseguida me dejo tentar. Y, desde que me sale el pelo blanco, me nombran presidente de lo que sea. De esta manera, me hacen currar como un loco.
Desde Madrid, echo de menos Mallorca.
Amante de Mallorca, su tierra natal, y de las antigüedades, Rabassa se considera una persona “pragmática, y con visión de futuro”. De hecho él fue quien, en su momento, ideó lo que hoy es el recinto ferial IFEMA de Madrid. Asegura que, cuando se pensó en hacer un recinto ferial, “no servía de nada hacerlo en la Casa de Campo. Quizás para ese momento sí, pero no para que tuviese éxito en treinta años”. Y así fue: IFEMA supera en visitas al recinto ferial de Barcelona y se ha convertido en todo un referente. Considera que la vida tiene sentido y que uno, al mirarse al espejo todas las mañanas, debe sentirse satisfecho. “Lo importante –sentencia– es mirarse y no sentir vergüenza. Considero que, en mi vida, he actuado de forma inteligente, aunque, como todo el mundo, en alguna ocasión he cometido mis errores, pero estoy tranquilo porque jamás me he aprovechado de las circunstancias y jamás me he llevado ni querido llevar comisión alguna”.
Bernardo Rabassa Asenjo, presidente del Rotary Club Madrid Puerta de Hierro en el 2009, presidente honorario Club Liberal Español y Fundación FIECS, recuerda Mallorca, en este último capítulo, donde naciera. Reitera que ha tenido y tiene una gran actividad. “Hemos publicado libros, realizado conferencias y otorgado premios a personalidades: Premios Hayek, Premio Libertad, Premio 1812. En la actualidad, también colaboro en diarios como columnista en diversos medios y soy el presidente del diario “Periódico Liberal, El Reformista”. En la última ocasión que nos entrevistamos con él, le preguntábamos.
- Pero, ¿tiene usted tiempo de descansar, de vez en cuando?
- Sí, descanso. Pero tengo muchas aficiones y, esencialmente, lo que más me gusta es pescar en el mar y en los ríos. Soy un buen pescador de truchas. A partir de marzo hasta junio voy, cada fin de semana, a pescar a algún río. De septiembre a diciembre, salgo al mar a pescar atunes. Tengo un barco en Javea. He tenido tantos problemas con los transportes en Mallorca que, al final, decidí comprarme un “llaut” grande en la costa alicantina. Lo que no quiere decir que, de vez en cuando, no vuelva a Mallorca. El año pasado, por ejemplo, estuve dando la vuelta a la isla y, durante varios años, fui allí de vacaciones.
- ¿Nunca tuvo usted la tentación de volver definitivamente a su isla?
- La verdad es que, con los años, el atractivo y la necesidad de regresar a la “roqueta” fueron muy fuertes. Yo he pasado mis veranos haciendo cosas por la isla. En los años sesenta, creé la Asociación para el Desarrollo Político, Social y Cultural de las Baleares, implicando a la Fundación Dragán, la Cámara de Comercio, las Cajas de Ahorros y al movimiento sindical de entonces. Contábamos hasta setecientas personas, y buscábamos una alternativa a lo que era exclusivamente el monocultivo del turismo. Pensábamos que podía haber otro tipo de industrias que se podrían establecer allí. El turismo era como principal “leiv motiv” pero buscábamos, al mismo tiempo, un amarre por si acaso, en el momento en que las cosas podían venir mal dadas. Por otra parte, hice otras actividades por Mallorca. Por ejemplo, fui presidente del Hogar Balear en Madrid en el que conseguimos tener unos setecientos miembros.
- ¿La echa mucho de menos?
- Mallorca siempre se echa mucho de menos. Es como algo enquistado en tu ser.
- ¿En donde le gustaría que le enterraran?
- Quisiera que me incineraran y que echaran mis cenizas en el mar. Todo ello está previsto, a mi muerte. Siempre sería mejor en el mar de Mallorca pero habrá que ver en dónde se puede hacer con más facilidad. Ayer salimos dos barcos a esparcir las cenizas de un amigo que así lo había pedido antes de morir. No pudimos salir muy lejos porque hacía muy mal tiempo. Pero, parece que ya se montan empresas para eso.
(Próximamente: Octavio Aguilera Perelló, doctor de Ciencias de la Información en la Facultad de la Universidad Complutense.)
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