- A lo largo de su amplia experiencia usted ha recorrido varios cargos de importancia dentro de su especialidad. En algunos, fue la primera mujer que los ocupó.
- En efecto, fui dos veces presidente de la Sociedad Española de Neurofisiología Clínica y ahora presidente de honor. Y lo fui porque la mayoría de los que me votaron, que eran hombres, me eligieron a mí. Tengo una muy buena relación con la gente. Soy muy buena relaciones públicas.
- Fue presidente de la Comisión Nacional de Neurofisiología Clínica
- Además de secretario general del Consejo Nacional de Especialidades Médicas
- Observo que no le gusta el nombre de “secretaria” aplicado a la mujer.
- Secretaria es la persona que sabe los secretos del jefe. Mientras que mi papel es fedatario del consejo. Soy la que da fe de lo que pasa en él. Tampoco soy partidaria de separar la palabra juez y jueza. Me parece ridículo. Para mí juez o médico son profesiones y me da igual que las ejerza un hombre o una mujer. Son cargos y éstos, para mí, no tienen sexo. Como el de presidente. Cuando uno dice presidenta se refiere a la mujer del presidente. No a la mujer que ocupa el cargo de presidente. Es una obsesión feminista.
- Y usted no es feminista. ¿O sí lo es?
- La vida no me ha obligado a ello.
- ¿Algún otro cargo a lo largo de su vida de médico?
- Durante mucho tiempo, he sido delegado internacional de la Liga Española contra la Epilepsia. Ahora, soy Presidenta y secretario General del Consejo Nacional de Especialidad Médica cargo al que nunca llegó una mujer, hasta el momento.
- Observo que la mujer ha irrumpido en la medicina de una forma importante.
- Así es. Los hombres no nos han puesto demasiadas barreras a la hora de trabajar en equipo. De todas formas, hoy, en casi todas las carreras, excepto en la de ingeniería, ya hay más mujeres que hombres. Pero luego encontramos que los puestos de poder no están ocupados por ellas. Como dice un amigo mío: las números uno son las mujeres, pero ¿dónde están? ¿Qué hacen? Tampoco en la política hay demasiadas. Y es que el enfoque de la vida de la mujer es distinto al del hombre. El más tonto de los hombres puede ser jefe y nadie lo discute. Mientras que una mujer ya puede ser lista y hacer las cosas bien, que muy difícilmente llega a jefa. A nosotras se nos exige muchísimo más que a los hombres.
Inés Picornell (III): Especialista en sueños
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